“Siempre a rumbo la noble Marina”. Primer verso de la primera estrofa del himno de la Armada del Ecuador, institución fundamental para la seguridad y defensa de nuestras fronteras y soberanía en el mar, que cada 25 de julio conmemora el combate naval de Jambelí (1941), día en el cual el comandante Morán Valverde, su tripulación y el cañonero Calderón zarparon al mar de la gloria eterna; además entrelaza su honor, identidad, imagen y prestigio con la fundación de Guayaquil (1535).

En la línea del tiempo, la Armada formó, forma y formará marinos altamente capacitados para la grandeza del Ecuador.

Así, el pasado de nuestra historia marítima está escrito en sendos libros producidos por patriotas, como el contralmirante Carlos Monteverde, capitán de fragata Mariano Sánchez y Dr. Roberto Leví (quienes ya no están), el Lcdo. Víctor Arellano y Dr. Eduardo Estrada; sus textos son guías de estudio en las escuelas de formación naval, en todos los niveles, y destacan la aspiración permanente del uso estratégico del mar para la expansión y desarrollo de la nación. Un ejemplo son las expediciones detalladas en el libro La Armada del Ecuador en la conquista de la Antártida; ya vamos por la XXVII.

En el presente, hay algunos visionarios que desde la academia naval-militar generan nuevos conceptos y definiciones de integración en la geopolítica mundial a través de la oceanopolítica, para concienciar la importancia de la ventaja de tener acceso directo al mar en todo el perfil costero y, más aún, en nuestras islas Galápagos. Entre ellos destacan el vicealmirante (s. p.) Marco Salinas, con su libro Influencia del poder marítimo del Ecuador, que contiene temas argumentados, analizados y conclusiones y, uno en especial, sobre “El mar de Galápagos”, versión actualizada del “Mar equinoccial”, concepto que lo desarrolla el capitán de navío (s. p.) Humberto Gómez, en varios ensayos.

Hoy, es grato felicitar la extraordinaria entrega patriótica de todos los marinos, desde el almirante hasta el marinero, por cumplir sus tareas en el mar de vigilar, patrullar y capturar a quienes efectúan actividades ilegales de piratería, pesca, contrabando, narcotráfico, etc., y además contribuir en tierra en el conflicto armado interno, el control de las cárceles, los patrullajes en ciudades y más.

Nuestro futuro será mejor si comprendemos y desarrollamos políticas públicas para usar la ventaja geográfica privilegiada de las islas Galápagos y el continente, rodeados por el océano Pacífico, que son el corazón desde donde se proyectan líneas marítimas hacia los países costeros de América del Norte, Asia, América del Sur y la Antártida, tal como visualizan los investigadores de la oceanopolítica.

En conclusión, nuestro Estado se fortalece con instituciones como la Armada, con historia de gloria, y ecuatorianos preparados en asuntos marítimos. El 25 de julio se funden en un espíritu el aniversario de la fundación de la ciudad de Guayaquil, del combate naval de Jambelí y de la Armada. “Siempre a rumbo la noble Marina / Bajo el bello y sagrado tricolor / Proclamando por mares y por ríos / La suprema grandeza del Ecuador”. ¡Viva Guayaquil! ¡Viva la Armada! (O)