El Ecuador es un país muy especial: tiene un clima fabuloso, paisajes envidiables, tierra fértil, una naturaleza generosa, playas de ensueño, un voluntariado noble, y lamentablemente instituciones públicas frecuentemente mal administradas y bastantes políticos que dejan bastante que desear, entre otros defectos.

El nuevo gobierno tiene la oportunidad de solucionar algunos problemas trascendentales y de encauzar el arreglo de otros. Puede demostrar al mundo que es posible gobernar al Ecuador sin tener que negociar a cambio de favores. Tiene la oportunidad de ser eficiente, y para ello debe tener conciencia de que debe combinar servidores nuevos con servidores con experiencia. En un gobierno de año y medio es un pecado improvisar.

A Daniel Noboa le falta por nombrar 16 ministros y 9 secretarios de Estado

El Ecuador no puede darse el lujo de perder el tiempo. Tiene problemas que carcomen su valor más importante: la familia, que vive insegura y temerosa. También presenciamos actitudes despreciables, como la amenaza de un fulanito que perdió el rumbo hace rato y que fue amnistiado.

Daniel Noboa debe culminar los buenos proyectos empezados por Guillermo Lasso, aprender de sus buenas acciones y descartar sus errores. Entre estos está el no haber aumentado la producción petrolera y dejar en la nada a las asociaciones público-privadas. He leído que están “en parrilla” varios proyectos. No sé cuál habrá sido el genio o el filósofo al que se le ocurrió que había que incluir en la Ley “Creando Oportunidades” la eliminación de los beneficios tributarios a las asociaciones público-privadas. Los beneficios tributarios efectivamente se extinguieron, y con ello las posibilidades reales de inversión. Lo he señalado varias veces. ¿Qué tiene de atractivo invertir en el Ecuador de hoy, desbordado por la violencia y ya famoso mundialmente por el dominio del narcotráfico? La respuesta cae por su propio peso.

Debemos ser optimistas respecto del nuevo gobierno. Pero el optimismo y el respaldo de la sociedad no alcanzan para gobernar bien. El año y medio puede ser el comienzo de un camino virtuoso o la estocada que nos falta para caer al precipicio.

(...) puede ser el comienzo de un camino virtuoso o la estocada que nos falta para caer al precipicio.

Ha hecho bien Noboa en no hablar más de la cuenta. Y hará muy bien si nombra gente competente para que lo acompañe. El Ecuador no le perdonará la improvisación en el equipo de gobierno, especialmente en las áreas más críticas. El académico puro no le sirve y el experimentado chueco tampoco. Debe buscar el consejo en los amigos de verdad y especialmente en quienes no tienen interés en beneficiarse de contratos con el Estado. Su círculo no puede ser de hambrientos de poder ni de dinero, ni de figuretis.

Queremos ver a un gobernante ponderado. Ha dado buenas señales. Esperamos buenas acciones. Un buen ministro de Gobierno y un buen secretario de la Administración son muy importantes en su gestión. Parte de su trabajo es no taparle los ojos ante la cruda realidad.

Esta es una época de consejos y buenos deseos. Y no soy la excepción. La moralidad del gobierno, un idóneo equipo de trabajo y cero conflictividad con la Asamblea Nacional le harán muy bien al Ecuador.

Que Dios nos bendiga e ilumine a todos. (O)