Metástasis es un término médico que define al movimiento o diseminación de las células cancerosas de un órgano o tejido a otro. Y este es el nombre con el que la Fiscalía denominó a la operación realizada el 14 de diciembre pasado, en la cual se detuvo a 30 personas, en un hecho sin precedentes, ya que entre ellas se hallaba nada menos que el presidente del Consejo de la Judicatura, jueces, fiscales, policías, abogados y sujetos relacionados con el crimen organizado. Hubo decenas de allanamientos en 7 provincias, en este acto catalogado por la fiscal Dra. Diana Salazar como el operativo contra la corrupción y el narcotráfico más grande en la historia del país. Expresó, además, que “hoy el término narcopolítica en Ecuador ha sido evidenciado”.

Con el caso denominado Purga, abierto el 4 de marzo, hay 17 jueces y exjueces de Corte Nacional, de cortes provinciales y de garantías penitenciarias procesados. Ahora, las confesiones realizadas la semana anterior, por sujetos acusados en Metástasis, han revelado la forma en que se extiende este cáncer social, que nos lleva a preguntarnos hasta dónde llega el contagio del narcotráfico en el Ecuador y hasta dónde avanzan los tentáculos de este atroz delito que, a su vez, conlleva otros, como sicariato, asesinato, extorsión y terrorismo, que socavan la economía, la paz y la seguridad ciudadanas.

El conflicto que no es

Uno de los tres pilares sobre los que se sustenta un Estado es el poder judicial, por lo que resulta inconcebible que quienes están llamados a mantener el orden a través de un correcto sistema de administración de justicia se hallen involucrados en este entramado de corrupción y de perjuicio.

Según la fiscal Salazar, “líderes de estructuras criminales utilizaban dinero obtenido a través de actividades ilegales para “ubicar” a “funcionarios corruptos” que llevaban sus procesos en los organismos judiciales y obtenían “ventajas indebidas”.

“El caso Metástasis -dijo la funcionaria- es una radiografía de cómo el narcotráfico se ha tomado las instituciones del Estado para a través del dinero mal habido operar desde instancias judiciales y políticas y lograr impunidad en algunos casos”.

Justicia: una explicación al caos

Es decir que existiría una compra de conciencias que permitiría que estas bandas criminales no solo destruyan al ser humano con las drogas y los actos ilícitos que cometen, sino que la justicia no los alcance porque el dinero todo lo puede. ¿Cómo evitarlo? Una de las medidas consistiría en aumentar significativamente las remuneraciones de jueces y más funcionarios judiciales, de tal forma que profesionales honestos ocupen estos cargos, porque a los deshonestos no les interesa el sueldo sino las canonjías que recibirían por su incorrecto proceder. Además, debemos emprender en un proceso de depuración ética social, porque la corrupción está enquistada en la administración pública.

Que no falten cárceles para encerrar a estos delincuentes, en su mayoría de cuello y corbata. Ojalá que aquellos operadores de justicia probos -que sí los hay- cuando tengan que juzgarlos no les tiemble la mano y no echen por la borda el trabajo realizado desde la Fiscalía. Su obligación, con el apoyo ciudadano, es impedir que este cáncer siga haciendo metástasis. (O)