Cuando crece la participación política de la mujer se fortalecen la democracia, el Estado de derecho y el desempeño ciudadano. De la misma manera, cuando crece la participación de la mujer en la empresa se fortalece la economía, se dinamiza el mercado laboral y se diversifican los negocios. Los valores de igualdad y autonomía individual accionan la sostenibilidad democrática y económica como un fin social inclusivo, libre y equitativo.

Desde la dimensión política, el crecimiento de la participación electoral de la mujer gana espacio en el sistema de representación democrática y en las preferencias del electorado. De acuerdo con EL UNIVERSO, en las últimas elecciones seccionales los ecuatorianos votaron por más alcaldesas y prefectas en comparación con el 2019. El 30,4 % de las prefecturas estarán a cargo de mujeres, frente al 17,4 % del 2019; un 19 % de las alcaldías estarán dirigidas por mujeres, frente al 8,1 % de alcaldías dirigidas por mujeres hace cuatro años. De las 1.544 candidaturas para alcaldías, 485 fueron de mujeres, y de las 186 candidaturas a prefecturas, 44 fueron de mujeres. El desafío de la mujer en la política es lograr un desempeño eficaz, reflejado en proveer las necesidades de la población bajo una estricta rendición de cuentas, que profundice la legitimidad del sistema democrático.

Ecuador es reconocido por la igualdad de género dentro de la industria turística del mundo

Desde la dimensión empresarial, el crecimiento de la participación de la mujer en el sistema productivo y comercial se podría estimular a través de la reciente Ley Orgánica para impulsar la Economía Violeta. Según el INEC, 3′300.000 mujeres integran la población económicamente activa del país, las mujeres estudian, en promedio, 2,14 años más que el hombre para conseguir un empleo adecuado, y la brecha salarial entre hombres y mujeres asciende al 14,8 %. La Ley contempla en el ámbito laboral promover la empleabilidad femenina y la disminución de la brecha salarial a través de la regulación de la distribución de la jornada laboral, que podrá distribuirse en forma irregular dentro de los cinco días de la semana. En el ámbito tributario, las deducciones que corresponden a remuneraciones y beneficios sociales a los que se aporte al IESS, por la creación de una nueva plaza de trabajo destinada a la contratación de mujeres, será deducible hasta el 140 % adicional en función del tiempo de permanencia de la trabajadora en la plaza laboral. Y en el ámbito societario todas las empresas amparadas por la Ley de Compañías, al momento de la conformación de sus directorios, cuando estos tengan tres o más integrantes, deberán observar que por cada tres integrantes uno de ellos sea de género femenino. El desafío empresarial es vincular la igualdad de oportunidades con el mérito por resultados para crear competitividad.

Mujeres con mejor sueldo

La integración de la representación femenina en el sistema democrático y empresarial construye progreso social y riqueza sostenible. Como dice Henry Kissinger en su último libro: “Cualquier sociedad, sea cual sea su sistema político, está en permanente tránsito entre el pasado, creador de su memoria, y una visión de futuro que inspira su evolución. A lo largo de esta ruta, el liderazgo es indispensable”. (O)