Archivado el proyecto de ley de inversiones, el Gobierno anunció que avanzará sin ella para atraer inversión extranjera al país. Entonces, es indispensable innovar la estrategia de promoción, mostrando y/o generando los factores que moverían al inversionista a invertir en Ecuador.

Desde siempre, los gobiernos han realizado actividades necesarias para este fin, pero a juzgar por los resultados, estas no han bastado. Años de perfiles de proyectos de inversión, presentaciones a empresarios extranjeros, ofertas de exoneraciones de impuestos, marcas país, slogans, etcétera, no logran que la inversión extranjera anual supere el 1 % del PIB y terminamos culpando a la inseguridad jurídica. ¿Qué más debemos hacer?

Pocos países tienen en cuenta que las inversiones van hacia aquellos que poseen una oferta de recursos para la producción y una industria proveedora altamente competitivas. Buscan países con una demanda local exigente y niveles de rivalidad que fomenten la innovación y la mejora continua. Desde M. Porter en 1990, expertos como Omahe, Priede, Trejos, Hausmann, Pisano, Shih, Baller, Xu o Browne han dejado claro que los factores aquí referidos son determinantes para la competitividad de sectores, regiones y países. Si las empresas se instalan donde priman estos factores de éxito competitivo, tenemos que demostrar al inversionista que nuestros sectores ganadores los tienen, o procurar las condiciones para tenerlos.

Lo aquí propuesto se basa en casos de éxito. Intel llegó a Costa Rica en 1997 por la estrategia de promoción de inversiones que lideró el propio presidente Figueres. Esta incluyó el exitoso programa MIL (Mejoramiento de la Industria Local, que benefició a mil proveedores costarricences) o el apoyo a Intel para que incorpore a más de mil ingenieros, por ejemplo. La empresa llegó a representar el 20 % de las exportaciones y el 6 % del PIB real del país, convirtiéndose en ícono de su modernidad. El cierre de operaciones de Intel en Costa Rica, ocurrido entre 2014 y 2021, también se explica por variaciones en los factores de ventaja competitiva aquí propuestos: las ventajas de costo que ofrecían Vietnam y Malasia a los fabricantes de microprocesadores, ante la caída de las ventas globales. Desde septiembre del 2021, Intel reinició operaciones de manufactura de procesadores en Costa Rica, también por factores de competitividad: el incremento y la sofisticación de su demanda y por que había mantenido su centro de servicios y de I+D en el país. Además, queda claro que, si los factores de competitividad son un juego de poder, no duran para siempre.

Que innovemos nuestra agenda de promoción de inversiones promoviendo y creando condiciones de competitividad en nuestros sectores de oportunidad. Que nos propongamos traer a grandes jugadores globales a nuestros sectores clave. Que la estrategia de promoción de inversiones sea liderada por el presidente de la república, para vencer los obstáculos que se presentaren a los programas de mejoramiento de factores de producción, de la oferta proveedora nacional y demás. Que esta vez vayamos más allá del Power Point. (O)