Tras los comicios de este domingo los ecuatorianos deberán volver a votar en un balotaje, esta vez entre la candidata del correísmo, Luisa González, y quien resultó ser la sorpresa de la campaña, el candidato Daniel Noboa.
Quien gane en la segunda vuelta, el domingo 15 de octubre, será el nuevo presidente del Ecuador –que completará el periodo del saliente, Guillermo Lasso, hasta mayo de 2025–.
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Con estos resultados queda un panorama en el que la población tendrá que elegir entre un joven exasambleísta y una candidata apoyada por una maquinaria que ya gobernó por una década.
El porqué de este escenario se debe a varios factores, de los cuales nuestros columnistas tienen los siguiente comentarios:
Simón Pachano, analista
Hasta que podamos contar con un estudio en profundidad que identifique los factores que llevaron al sorpresivo resultado de la primera vuelta presidencial solamente podemos suponer que tanto el debate como el asesinato de Fernando Villavicencio influyeron decisivamente. Sin embargo, ambos hechos son insuficientes para explicar la votación de un outsider (Topic) y un legislador escasamente conocido (Noboa). Posiblemente estamos frente al fenómeno que se viene repitiendo en la mayoría de los países de América Latina, que es el voto antisistema. Si fuera así, sería el voto de la insatisfacción, el voto de rechazo a los partidos (que equivale a decir rechazo a lo inexistente), el voto en contra de los políticos y de todo lo que huela a política. Toda esa insatisfacción y todos esos rechazos pueden haberse potenciado por el incremento de la inseguridad.
La segunda vuelta se perfila, por una parte, como la repetición del enfrentamiento correísmo-anticorreísmo que caracterizó a la del año 2021. En ese aspecto, Luisa González la tendrá muy difícil, ya que apenas podrá conseguir algunos votos que fueron para Topic, específicamente los socialcristianos que tradicionalmente han votado por el correísmo (era natural votar por Correa para la Presidencia y por Nebot para la Alcaldía). Sin el pastor el rebaño se restringe a su redil. Por otra parte, será determinante la decisión que tomen los votantes de Zurita-Villavicencio. Fueron los que asumieron una posición muy clara, de una ética militante que puede convertirse en una fuerza política importante por lo menos para la elección que se aproxima.
Mauricio Gándara, analista
El resultado no es sorprendente en cuanto al primer lugar obtenido por la candidata de la primera fuerza electoral, el correísmo; sí lo es en relación a quien habría obtenido el derecho a competir en la segunda vuelta electoral, porque antes del debate ocupaba una modesta posición. En el debate demostró su talento y su talante de hombre ecuánime, sereno, no amigo de las confrontaciones. Les decía a amigos míos de la ciudad de Guayaquil que el joven político había demostrado ser candidato por su propio talento, “no por hijo de papá”, expresión irónica con la que el expresidente Rodrigo Borja se refirió a los jóvenes políticos hijos de expresidentes.
Pero también esa elección puede encontrar explicación adicional en que la ciudadanía vio su calidad de independencia personal, no vinculada a partidos políticos, a alianzas de toma y daca, por ejemplo, para alzar puestos en la Asamblea.
Esa independencia será el contraste principal con la candidata que está rodeada de figuras del pasado, muchas acusadas de irregularidades cometidas en el desempeño de las funciones públicas.
El nuevo candidato puede convocar a la unidad nacional, lo que no puede hacer su oponente.
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Eduardo Peña Triviño, exvicepresidente de la República
Los resultados preliminares muestran una sorpresa en la votación obtenida por Daniel Noboa, quien seguramente pasará a la segunda vuelta para competir con la señora Luisa González.
Hay que tener en cuenta la importante votación del correísmo que tal vez obedece al recuerdo de una administración que acoge el sentimiento popular de “con tal de que haga obras, no importa que robe”. Es un voto duro que necesitará mucho apoyo de los otros movimientos políticos.
El voto de Noboa recoge el afán de la gente por tener en el Gobierno un empresario que sabe cómo crear empleo. Su participación en el debate puso de manifiesto a un joven con grandes méritos académicos y que aprovechó el tiempo para dar un mensaje claro y creíble. Le sobró tiempo. Está cosechando la siembra de su padre.
Se enfrentarán la nostalgia del pasado con la esperanza de trabajo y progreso.
Hay que mencionar también la preferencia por la honradez de la lucha de Villavicencio, representado por el señor Zurita.
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Gilda Macías Carmigniani, analista
Tras la primera vuelta de las elecciones anticipadas queda claro, hasta el momento que escribo, que el correísmo ha mantenido el voto duro del 25 % al 30 %, sin importar mucho las declaraciones desafortunadas de Andrés Arauz, los argumentos repetitivos de Luisa González en el debate presidencial o la impugnación de Marcela Aguiñaga a la calificación de Christian Zurita.
Aunque la mayoría de gente opinaba que el debate presidencial no había servido de nada, creo que más bien fue la oportunidad de Daniel Noboa para destacarse, tanto por su serenidad para responder a las preguntas de los moderadores y a las réplicas de los candidatos –mientras estos se acusaban entre sí– como por la información que maneja sobre el contexto ecuatoriano y el rumbo que debería seguir el país. Con su intervención se proyectó la figura de Noboa como un posible jugador en las grandes ligas, lo cual fue asimilado racionalmente por la ciudadanía.
Aunque casi todos los candidatos aseguraron hace pocos días que se unirían contra el correísmo en el caso de haber una segunda vuelta, ganara quien ganara, habrá que ver si en la práctica se da esta coalición y se cumple la promesa. Y eso implica también las alianzas legislativas. Ya sabemos que ciertos políticos, como decía Borges, son incorregibles.
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Verónica Coello Moreira, analista
En medio de un clima de incertidumbre, temor, indecisión y desinformación, llegamos a unas elecciones donde reafirmo que la única certeza es que no hay certezas. Pienso que tal vez el debate presidencial cumplió el objetivo de cambiar la mirada de muchos jóvenes votantes dubitativos y dejó al descubierto fortalezas y debilidades de los aspirantes presidenciales. De esta manera, se evidenció que lograr exponer las ideas de manera ordenada y articuladamente con un buen manejo de inteligencia emocional puede ser una gran herramienta política.
Ahora es el momento de que se aplique el discurso aquel que hace referencia al servicio público como un acto de entrega sin interés personal. Quisiera que aquellos candidatos que quedaron fuera de la contienda política aúnen esfuerzos junto a quienes pasaron a una segunda vuelta para que el Ecuador y su pueblo sean el verdadero ganador. Tenemos un escenario complejo, pero espero que el nivel de violencia no se incremente en estos días como método de presión y que el diálogo sea la guía que lleve a los presidenciables hacia un derrotero que traiga paz para el Ecuador. Corolario, sigo creyendo firmemente que el voto es el boleto que puede cambiar el destino de nuestra patria y me quedo con las palabras de Martin Luther King: “Siempre es el momento apropiado para hacer lo que es correcto”.
Roberto Aspiazu, analista
Luisa y Noboa se verán cara a cara en la segunda vuelta. Será una suerte de la reedición de la final de 2006 entre Correa y Álvaro, ahora bajo interpuestas personas. La ungida por la Revolución Ciudadana frente al hijo del varias veces candidato presidencial.
La gran sorpresa ha sido Noboa, que hasta hace poco estaba entre el montón de candidatos perdedores. El debate presidencial, donde fue considerado ganador en las encuestas, le dio un impulso para subir rápidamente como la espuma.
Consiguió posicionarse como el outsider que captó el voto joven hastiado de la vieja política. El resto jalonaba un pasado; en cambio él, apenas discreto asambleísta que no tuvo mayor protagonismo sin estar envuelto en las luchas intestinas entre el Gobierno y la oposición que culminaron en la muerte cruzada.
Luisa mantiene la votación histórica del correísmo en la primera vuelta y queda expuesta a una nueva derrota como la última de 2021, si Noboa logra capitalizar el anticorreísmo y a la vez el desencanto con el establishment político.
Zurita recibió un importante voto pésame por el vil asesinato de Fernando Villavicencio, pero no lo suficiente para cambiar el curso de la votación.
Topic, que llegó a ubicarse segundo en las encuestas, experimentó un declive al ser objeto de un ataque implacable de sus adversarios por su pasada vinculación empresarial con el gobierno de Correa.
La nota sobresaliente: la paz y tranquilidad de la jornada electoral. La negativa: el sórdido hackeo del voto ecuatoriano en el exterior.
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Luis Gallegos Chiriboga, excanciller
Ha sido una jornada cívica y patriótica en paz, lo que demuestra la voluntad de los ecuatorianos de enfrentar y acabar con la violencia, la inseguridad producto del narcotráfico y la delincuencia común. No hay seguridad sin desarrollo y no hay desarrollo sin seguridad.
Los resultados determinan un mandato de unidad nacional, inclusión, acabar con las diferencias entre nosotros y combatir las inequidades estructurales, combatir la pobreza y generar trabajo a todos los niveles. Dichos resultados reflejan el sentir de los jóvenes, sin odios, con responsabilidad.
También el pueblo demanda acuerdos nacionales de todos, en especial de toda la sociedad, que permitan gobernabilidad para enfrentar los retos nacionales e internacionales, pero sobre todo con patriotismo anteponiendo los intereses de la Patria.
El futuro del Ecuador depende de su capacidad de diálogo, de consensos y de unir esfuerzos para un futuro mejor.
Espero que los elegidos escuchen el clamor del pueblo y privilegien los intereses de la nación. Los retos son enormes tanto nacional como internacionalmente.
Adrián Pérez Salazar, abogado
Estas elecciones deben darnos esperanzas como país. Hemos visto candidatos jóvenes, bien preparados, que han sabido presentar sus ideas con claridad. Ojalá la política ecuatoriana mantenga esta altura.
La jornada electoral nos deja importantes lecciones. Nunca más se podrá decir que los debates no importan en Ecuador. La sorpresa que nos dio Daniel Noboa es síntoma de que el electorado ecuatoriano ha madurado. Los ecuatorianos, especialmente los más jóvenes, están mucho más involucrados en política y les interesa ver el cruce de ideas. A futuro sería provechoso que existan por lo menos dos debates oficiales en primera vuelta.
¿Predicciones para la segunda vuelta? El correísmo lo tiene muy difícil. Una vez más se demuestra que tiene un “techo” de alrededor del 30 % que le es muy difícil rebasar. Más aún, es importante notar que los otros candidatos “de izquierda” (Pérez, Hervas y Armijos) juntos no suman ni 5 %, mientras que todos los demás candidatos han esgrimido un discurso consistentemente anticorreísta. Eso significa que en segunda vuelta lo más probable es que esos votos se aglutinen en contra de Luisa González. Difícilmente quienes votaron por Otto, Topic y Zurita votarán ahora por el correísmo. Lo más probable es que veamos algo muy similar a lo que ocurrió en el 2021: que el candidato que quedó en segundo lugar sea nuestro próximo presidente.
Inkarri Kowii, analista y especialista en temas indígenas
Escribo esta primera reflexión con el 37 % de actas escrutadas. El Ecuador acudió a las urnas en medio de una de las elecciones más sui géneris de nuestra historia, opacada por uno de los hechos más violentos de nuestra historia política.
¿Qué lecciones nos dejan estos primeros resultados? Primero, de acuerdo con las tempranas declaraciones de la presidenta del Consejo Nacional Electoral es que la concurrencia a las urnas se mantiene en el nivel histórico, quizás este pueda ser el principal mensaje de esperanza y residencia de nuestra sociedad que, a pesar de los niveles de violencia, no se deja vencer por el miedo y responde al llamado democrático. Segundo, los resultados sorpresa que ponen a disputar al segundo y tercer lugar a dos jóvenes outsiders, y ubican a los candidatos “tradicionales” (Otto, Hervas y Yaku) como los principales perdedores de estas elecciones, nos indican que la población está en busca de nuevas opciones, perfiles, discurso y propuestas frente a las necesidades y deseos para el país. Las dos jóvenes opciones representan un mensaje de superación de la polarización correísmo-anticorreísmo, y es ahí donde los ciudadanos han volcado su confianza. Tercero, la elección realizada demuestra que el correísmo no puede superar su techo histórico, y su mensaje nostálgico no fue suficiente para captar nuevos votos. Si vuelve a perder el correísmo unas elecciones presidenciales será un duro golpe que los puede terminar por sepultar, no tiene mucho espacio para crecer, mientras que aquel que se ratifique segundo tiene un amplio espectro para sumar votos, que además no le será muy difícil. La derecha al parecer tiene nuevos perfiles a futuro, mientras que las opciones de izquierda no se renuevan ni crecen.
Resta decir que los resultados de la conformación de la Asamblea Nacional serán fundamentales para comprender los retos políticos, es decir, de la capacidad de liderazgo que el futuro presidente tenga para articular una serie de conceptos que le permitan poner en debate los principales problemas del país y sus soluciones y alcanzar los acuerdos necesarios en tiempo récord. El país necesita que renazca la política en su más amplia acepción para la emergencia de un proyecto social nuevo que nos regale un nuevo horizonte como nación.
Miguel Hernández Terán, constitucionalista
Una victoria prevista, la de Luisa González, y otra no calculada, la de Daniel Noboa, nos convocan a una reflexión que debe ser necesariamente profunda por lo que está en juego: el difícil futuro del Ecuador. Las alianzas políticas suenan lógicas y necesarias, aunque la verdaderamente eficaz es la alianza directa con el pueblo.
El Ecuador exige que las coaliciones partidistas sean completamente transparentes: si implican cogobierno, si suponen el renunciamiento a todo cargo público, si los candidatos perdedores colaborarán desde cargos públicos, etc. Los ciudadanos debemos exigir precisiones al menos sobre el control del ingreso de drogas por las fronteras y su derivación a los puertos; cómo se enfrentará el problema carcelario; cómo se proyecta sentar las bases para la prosperidad del pueblo; cuál es la posición de los finalistas frente al dólar; cómo combatir la delincuencia organizada y la común. Hoy por hoy somos un pueblo sufrido y sin certezas. Tenemos sed de verdad, de ofertas realizables, de prosperidad. La juventud clama por trabajo y servicios públicos confiables, entre otras cosas. Las circunstancias nos han llevado a desconfiar de todo el mundo: del transeúnte, del taxista, del busetero, del guardia, etc. Queremos ser invitados a reconstruir nuestra fe con bases sólidas, queremos confiar en la eficacia del Estado, anhelamos creer que el cambio es posible, queremos un nuevo Ecuador construido con verdad y sin obsesiones. ¡Los candidatos tienen la palabra!
Alfonso Reece, analista
Con las tendencias consolidadas nos atrevemos a adelantar impresiones sobre el resultado de las elecciones presidenciales. Primera, el voto duro del correísmo es más duro de lo que se pensó, pues la candidata del populismo repite, aproximadamente, los mismos porcentajes de Andrés Arauz, candidato de su tendencia en 2021 (33 contra 32,72) y no es demasiado inferior al de Lenín Moreno en 2017 (39,36). Es explicable, pues se trata de un voto pasional, paternalista y de revancha social, con poca relación con la izquierda orgánica tradicional. Por eso, los desatinos publicitarios de su equipo, como la campaña de los “borreguitos”, no le afectan demasiado y ni siquiera la pobre presentación de Luisa González en el debate general.
Segunda, si el debate no afectó al correísmo, aunque no le ayudó, en cambio, sí fue muy importante para decidir cuál otro contendiente entraba en la segunda vuelta electoral. Como dijimos, a Topic se le fue la “mano dura”, aunque este era un error que repitió durante toda su campaña. Los candidatos Sonnenholzner y Yaku si bien hicieron limpias presentaciones, resultaron demasiado “blandos” para sus respectivos sectores políticos, en un momento demasiado duro. Noboa supo hallar el justo medio, con datos y propuestas, respaldado por una campaña bien llevada y cuyos aciertos ya se estaban señalando. Filtraciones de encuestas le posicionaban cada vez más como una opción fuerte.
Y tercera, la gran ausencia de Fernando Villavicencio en el debate y en la recta final de la campaña, fue un “aporte” decisivo para este resultado, como lo demuestra la alta votación obtenida por Christian Zurita. Un candidato que no pudo participar en el panel del domingo 13 y que salió de la nada, para en apenas tres días posicionarse en tercer lugar, demuestra la fuerza de la corriente social que apoyaba al candidato asesinado. Si algo fue perfecto en esta campaña fue el timing del crimen. Planeado con precisión profesional, se cometió en el momento exacto para silenciarlo y complicar la selección de un remplazante. Añado dos observaciones a tomarse en cuenta para un posterior análisis. Una, el correísmo triunfa con fuerza en las provincias más azotadas por la ola de violencia. ¿Propone una solución o es parte del problema? Dos, se puede inferir que el voto indígena abandonó a Yaku Pérez, que fracasa también en las provincias en las que pesa ese sector étnico, que igual que en 2021 se decanta por candidaturas moderadas.
Gustavo Cortez Galecio, analista
El voto joven se hizo sentir y justamente a través de su candidato más afín, Daniel Noboa Azín, que logró anoche el paso a la segunda vuelta electoral dejando boquiabiertos a viejos líderes políticos y sus postulantes, a los que daban por seguros en la etapa definitiva.
Noboa, cuyos antecedentes políticos se remontan a las cinco campañas que vivió junto a su papá, Álvaro Noboa, el hombre más rico del país; y a un paso poco lucido por la Asamblea como representante de Santa Elena, ha logrado canalizar las aspiraciones de los centeniales y mileniales más jóvenes, con una sorpresiva aparición en el debate obligatorio en que a pesar de un arranque lento, logró dejar una imagen de ser un profesional muy preparado y capaz. No necesito del histrionismo que caracterizaron las campañas de su padre, aunque sus rivales sí lo acusan de abusar en las dádivas populares.
Luego del debate, en el posdebate, que está comprobado es más potente, las redes sociales esta vez lo prefirieron a él, y supo apropiarse así de un batallón de indecisos que al votar por primera vez, o bajo la tutela de sus mayores, esta vez parecen haber decidido apoyar a quien vieron afín.
El execrable asesinato de Fernando Villavicencio movió definitivamente el tablero electoral, pero cuando parecía que giraba hacia la mano dura que reclaman muchos para aplacar la delincuencia organizada, aparece el crecimiento meteórico de un Daniel Noboa que ahora deberá enfrentarse a la gigantesca maquinaria electoral correísta, cuya candidata, Luisa González, superó apenas lo conseguido por Andrés Arauz en 2021. Arauz entonces no pudo romper el techo del 32 % y el triunfo fue para Guillermo Lasso.
Saudia Levoyer, analista
Estamos ante un desafío como país de encontrar espacio para todos. Los desafíos continúan: seguridad, desarrollo, gobernabilidad.
Las cifras conseguidas por Noboa y González solo reflejan a una parte del país y hay que incorporar al país.
Ha sido importante que los demás candidatos reconozcan los resultados.
Eso ayuda a la democracia. Y debemos procurar fortalecerla.
Beatriz León, analista
Lo más doloroso de la elección fue ver a tantos candidatos con chalecos demostrando el momento de inseguridad que vivimos. Sin duda la tranquilidad fue lo mejor de la jornada, al igual que el espíritu democrático de votar haya vencido al miedo.
Tener dinero y hacer campañas millonarias saca a la mayoría de la contienda, lo que siempre hará muy difícil la gobernabilidad. Por ejemplo, me parece muy complicado que los indígenas no tengan mayor representación ni siquiera en la AN. Sobre todo, porque tanto el fenómeno de El Niño como la situación económica del 2024 son muy angustiantes. Quien resulte electo deberá tener mejor manejo político que los últimos presidentes, desde el correísmo hasta Lasso.
Los estrategas y analistas políticos están muy lejos de saber qué es lo que la gente quiere, cómo vota. Un porcentaje importante de la población está tan cansada de la política que prefiere votar por desconocidos o por jóvenes sin experiencia política: candidatos casi superficiales que están en redes sociales sonriendo, bailando, sin pelear ni hablar mucho. No creo que el debate fue la diferencia, aunque quisiera que así sea porque significaría más profundidad a la hora de decidir el voto. Dicho esto, creo que sí se buscarán mejores candidatos a futuro, al menos serán más elocuentes e informados porque desde las frases hasta los ‘memes’ son importantes para posicionar o hundir candidatos.
Noboa fue hábil en invertir en un equipo de campaña y asesores de comunicación política para conquistar el voto joven. Me parece que podrá lograr atraer al electorado mayor con su actitud no confrontativa y tiene casi asegurado el voto fuerte del anti correísmo. Sobre todo, si por ejemplo, ofrece ayuda internacional y transparencia para descubrir a los asesinos de Fernando Villavicencio.
Manuel Macías Balda, politólogo
Un escenario poco esperado es lo que deja esta primera vuelta de las elecciones anticipadas. La probabilidad era alta de que exista segunda vuelta con Luisa González a la cabeza, pero creo que (casi) nadie vio venir que el segundo candidato que entraría era Daniel Noboa. Esta sí fue una sorpresa para todos. Quizás ni él mismo se la esperaba. Pero al parecer la gente votó por él como una forma de apostarle a algo “nuevo”. Asimismo su buen desempeño en el debate de los presidenciales potenció su candidatura.
¿Qué nos espera ahora en esta segunda vuelta? Me parece que Daniel Noboa tiene más elementos, en este momento, para ganar. Sin despeinarse y sin alianzas, puede tener el voto del electorado de Villavicencio y de Otto Sonnenholzner donde se encuentra un anticorreísmo duro y blando que jamás votaría por Luisa González. Con esa votación ya estaría cerca del 50 % que necesita para ganar. Luisa González, por su parte, necesita mostrarse como genuinamente es y hacer valer su liderazgo más allá de la sombra de Rafael Correa, para ver si así puede captar el electorado de Topic y Yaku, que es lo que necesita para obtener los votos que la lleven a la victoria.
María Fernanda Cobo, analista
Una nueva generación al poder. Si bien Ecuador tiende a escoger presidentes jóvenes, en esta oportunidad dos generaciones salen del tablero político, donde candidatos relativamente nuevos y jóvenes se jubilan prematuramente de la política, para acelerar un relevo generacional que inyecta dinamismo al país y enciende una competencia política centrada en el poder de las ideas y ya no en el odio o el resentimiento político.
Se visualiza un discurso político más práctico que ideológico; por ejemplo, la izquierda se identifica con un modelo económico basado en el extractivismo y la derecha con un modelo de desarrollo sostenible focalizado en la protección de la biodiversidad. Las dos líneas políticas ponen en el centro la generación de empleo y el fortalecimiento de la competitividad del sistema productivo empresarial.
Por otra parte, los resultados legislativos podrían definir dos bloques, donde la construcción de acuerdos deberán guardar coherencia política y sentido de país, principalmente si los asambleístas aspiran a participar en las elecciones que deberán enfrentar en 18 meses; ha quedado muy claro el rechazo hacia dirigentes políticos que fracasaron hoy en su intento de reelegirse y reciben un claro mensaje de la ciudadanía contra la política clientelar y obstruccionista.
Al ser una elección extraordinaria el período de gobierno será extremadamente corto, por lo que se requerirá un poder Ejecutivo y un poder Legislativo lo suficientemente ágiles y eficaces para construir consensos hacia cambios que trasciendan este periodo de transición política.
Cristina Villagómez, analista
Sentido de realidad, eso nos falta en Ecuador cuando elegimos autoridades. Sentido de realidad para admitir que un presidente en cuatro años poco podrá hacer si en el país no hay instituciones sólidas, justicia eficiente e independiente, seguridad jurídica, un ordenamiento normativo adecuado, entre otras cosas. Sentido de realidad para dejar de esperar que llegue un mesías a Carondelet; el presidente no es un salvador sino un administrador, principalmente. Por eso hay que elegir al administrador más capaz, honesto y preparado y no al que mejor toque la guitarra.
Después de la muerte de Villavicencio, esta elección se siente, otra vez, como elegir entre cáncer o sida. Para tomar una decisión, muchos nos preguntamos: ¿quién dañará menos al Estado? ¿Quién robará menos y hará más obras? ¿Quién dejará que el narcotráfico no avance tanto? Preguntas que anuncian un futuro mediocre, sin mucha esperanza. Preguntas que demuestran que cambiar el Ejecutivo y el Legislativo no son, ni de cerca, la solución.
Ecuador necesita mucho más que un presidente, mucho más que buenos asambleístas. Mucho más. Al país le urge apostar por una visión de Estado, una visión a largo plazo, con todo lo que eso implica. Pero también necesita que los ciudadanos empiecen a valorar la importancia de elegir a los mejores en lugar de elegir a los más agradables.
Enrique Rojas, analista de temas comunicacionales
Tenemos a los candidatos para la segunda vuelta. Era predecible el primer lugar de Luisa González y la RC5, sorpresiva fue la aparición de Daniel Noboa en segundo lugar. ¿Qué hizo que Noboa gane?
Pensé que Topic transformaría la demanda de seguridad en votos. Pensé también que Otto era una opción, con experiencia política para enfrentar un país que es difícil de gobernar. Villavicencio y Zurita representaban la lucha contra la corrupción, su asesinato fortaleció la gesta de los buenos contra los malos.
Pero no, les ganó Noboa. Un candidato joven, que de entrada despierta simpatía aunque no fanatismo. Que se destacó claramente en el debate presidencial, con respuestas concretas y una actitud que podríamos interpretar como transparente, sin querer sorprender ni hacerse el vivo, sin poses de macho alfa, ni confrontaciones. No tiene un partido atrás, pero es el hijo de Alvarito, que guste o no, llegó tres veces a segunda vuelta en previas elecciones presidenciales.
Ganó Noboa y no sabría decir con certeza por qué. Podría pensar que un alto número de votantes jóvenes, en un mundo que es distinto, con una nueva forma de habitarlo y comunicarse, sin cosmovisiones ni ideologías, con nuevas maneras de verse representado y un nuevo imaginario sobre la autoridad, pudo haber visto en él una esperanza distinta. Un “nuevo” cambio, o tal vez fue de plano un rechazo a lo mismo y mismos de siempre.
La cosa es que, con un discurso de la RC5 que se basa en el pasado, pareciera inevitable volver al escenario del voto corresita contra el anticorreista. Pero tal vez, tenemos más sorpresas.
(O)
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