Daniel Noboa ofreció en campaña que su primera ley urgente sería una reforma tributaria que no crearía impuestos sino más bien habría rebajas tributarias que alienten el empleo. Lo cumplió. Destacan la reducción de impuesto a la renta a los empleadores en función del número de empleados nuevos menores a los 29 años, y la devolución de 7 puntos del IVA en la compra de materiales de construcción para abaratar la vivienda, estimular la demanda, y así crear empleo.

La motivación es excelente. pero tanto la contratación de colaboradores como el mayor dinamismo de la construcción dependen sobre todo de que haya buenas perspectivas de crecimiento económico que eleve las expectativas de mejores ventas. 2024 pinta mal en particular por dos factores: a) el abandono de la inversión en el campo ITT y la disposición de la Corte Constitucional (CC) que debe invertirse en destruir la infraestructura petrolera en ese campo; b) la enorme necesidad de financiamiento magnificada por el sacrificio de la producción petrolera del ITT, sin que se vislumbre de dónde vendrá la plata.

Para atender las necesidades de financiamiento el proyecto de ley propone poco. Hay que reconocerle el mérito que no busca como en años anteriores incrementar los impuestos a la renta y patrimonio que recaen en los relativamente pocos ciudadanos y negocios que envían declaraciones al SRI: la solución está por reducir el subsidio de los combustibles o subir el IVA.

En esta proyecto urgente se opta por una propuesta menos onerosa, que los 500 grandes contribuyentes se autorretengan el 3 % de las ventas y lo paguen mensualmente al SRI para reliquidarse con la declaración del impuesto a la renta. Esto generaría una autorretención de alrededor de $ 1 mil millones más de lo que pagan las empresas en impuesto a la renta. Se mejoraría el flujo de caja del Ejecutivo a costa de deteriorar el de las grandes empresas, iliquidez que estas pasarían a sus suministradores, demorando meses en pagarles. El resultado será un más lento movimiento de la economía de lo que estaba previsto. Es que toda política que signifique extraer dinero del sector privado para pagar deuda externa redunda en quitarle liquidez a la economía y una menor tasa de crecimiento.

Para contrarrestar esta tendencia recesiva, el proyecto de Noboa incluye dos iniciativas importantes inicialmente propuestas por Guillermo Lasso: la creación de zonas francas para estimular la inversión dirigida a la exportación, y la ley APP para captar inversión privada en obras públicas, entre ellas el quinto puente. Ojalá la CC no las objete.

La CC ha enredado a la inversión privada en una madeja de consultas. El Gobierno tiene que hacer una consulta muy engorrosa y compleja previa a la adopción de toda normativa sobre inversión. Luego para cada proyecto de inversión funcionarios del Maate junto al defensor del Pueblo tienen que realizar una consulta ambiental, y si hay comunidades involucradas adicionalmente tienen que hacer una consulta previa. No hay funcionarios para tanta consulta ni policías para defenderlos de los ataques de los activistas. Pero para una CC añorante de la humanidad primigenia carente de tecnología que impacte al medioambiente, que perdió su inocencia hace 10.000 años, la inversión no es una prioridad. (O)