En la novela Conversación en la Catedral, Mario Vargas Llosa pone en boca del protagonista la pregunta “¿En qué momento se había jodido el Perú?”. Si las encuestas de segunda vuelta electoral son certeras, habrá una fecha precisa: el 6 de junio de 2021.

Pedro Castillo, el candidato que lidera las encuestas, pertenece al partido Perú Libre”. Al decir de Vladimir Cerrón, líder del partido, es una organización “marxista, leninista y mariateguista”.

El plan de gobierno de Pedro Castillo (disponible en el sitio del Jurado Nacional de Elecciones del Perú, https://bit.ly/3vp3fUC) es de un radicalismo inusitado para un partido que busca ganar elecciones multipartidistas. Inicia afirmando “reconocernos marxistas, leninistas o mariateguistas”. Menciona a Lenín, Fidel y Correa más de una veintena de veces.

Una de las ocasiones en las que los cita es para hablar sobre la necesidad de restringir la libertad de expresión: hay que pasar una “ley de regulación” de la comunicación para “evitar la ‘libertad’ del enriquecimiento, chantaje, difamación, calumnia y sobre todo la mentira” (p. 28).

Menciona 35 veces la frase “nacionalizar”, eufemismo por expropiar. Habla de crear un “Estado nacionalizador” y un “Estado socialista”. Afirma que “el Estado peruano debe proceder a la nacionalización del yacimiento en cuestión de los sectores mineros, gasíferos, petroleros, hidroenergéticos, comunicaciones, entre otros” (p. 16).

Siguiendo la práctica chavista, convoca a una Asamblea Constituyente, para redactar una nueva Constitución “nacionalizadora” y plasmar un “nuevo régimen económico”.

Propone cambiar el currículo de estudios para formar ciudadanos “con identidad nacional… y revolucionarios”. Señala que se debe “abolir el Concordato con la Santa Sede, marco sobre el cual la Iglesia católica está exonerada de impuestos” (p. 60).

Afirma que “afianzar la agricultura significa seguridad frente a un inminente bloqueo alimentario exterior al declarar el carácter del Estado”. Luego parece que quiere declarar la guerra a Estados Unidos: “Nos obliga a prepararnos social, política y militarmente contra la decadencia imperial que no está dispuesta a morir sin resistencia” (p. 72).

Menciona la revisión o anulación de los Tratados de Libre Comercio, entre ellos la Alianza del Pacífico y el Acuerdo de Asociación Trans-Pacífico (p. 64).

Critica a las ONG, a las cuales considera “miles de mercenarios [que] han organizado estas instituciones con el fin de controlar, manipular, etc., a las masas y orquestar miles de aparatos contrarrevolucionarios”.

En los únicos aspectos en que el plan de gobierno tiene ribetes liberales (despenalización del aborto, derechos de la mujer), Pedro Castillo ha declarado que está en contra del aborto, matrimonio igualitario, igualdad de género o legalización de la marihuana.

Aparte del programa de gobierno, existen vínculos entre Castillo y Perú Libre con Movadef, brazo político de Sendero Luminoso. Congresistas electos por Perú Libre estuvieron presos por ser miembros de Sendero. El mismo Castillo fue apoyado por Movadef para alcanzar el liderazgo de su facción del sindicato de maestros, Conare-Sutep. (O)