A pesar de que en la mitad del Oriente y en toda la costa marina existe potencial para descubrir petróleo y gas natural, en los últimos 20 años no ha habido exploración significativa ni incorporación de nuevos campos petroleros de importancia, excepto los del complejo ITT que están en proceso de cierre, razón por la cual nos hemos “comido” el 75 por ciento de las reservas probadas, o sea las económicas, sin restituirlas. El actual volumen de aproximadamente 800 millones de barriles durarían solo unos 5 años más al ritmo actual de producción.

Cortar o desatar

La falta de exploración se debe principalmente al éxodo de las compañías que hacían exploración en el país, porque en el gobierno del expresidente Correa se cambiaron los términos contractuales arbitrariamente, reduciendo drásticamente el porcentaje de participación de las empresas en la producción y luego se cambiaron también arbitrariamente los contratos de participación a contratos de servicios, con los cuales las empresas ya no recibirían su parte de la producción sino una tarifa por sus servicios, lo que no es de interés para las compañías, especialmente las más grandes, las que decidieron irse del país y posteriormente plantearon juicios en el extranjero y ganaron todos los juicios. El enfoque gubernamental posterior fue el de negociar contratos especialmente con empresas de servicios, que no realizan exploración, y a las cuales sí les interesaba los nuevos tipos de contrato de servicio por las interesantes tarifas por barril producido.

La ausencia de exploración, principalmente, y la de recuperación mejorada masiva en los campos han sido las causas principales para la dramática caída de las reservas probadas, ya que en los últimos 20 años la mayoría de las inversiones se han realizado en perforar más pozos de relleno en los campos existentes, lo que no aumenta las reservas sino que más bien las depletan con más rapidez.

Frente a esta crítica situación que está causando la caída sustancial de la producción en los últimos años y la que se agudizara con el cierre del ITT y la drástica caída reciente de los precios del petróleo, es indispensable que se tomen acciones urgentes para que se implementen campañas de exploración y de recuperación mejorada masiva, lo que requerirá atraer billonarias inversiones de riesgo y a compañías de muy alto músculo financiero y tecnológico, pero el gran reto del país es atraer a este tipo de empresas que se fueron y que no van a regresar a menos que se realicen cambios profundos a la ley de hidrocarburos y que se eliminen las causas que contribuyeron su éxodo del país, las cuales han empeorado posteriormente con la eliminación del acceso al arbitraje internacional CIADI y el cierre del ITT.

La reciente gira internacional del presidente Noboa y sus ministros fue una valiosa iniciativa para abrir las puertas para el diálogo con empresas inversoras, pero si esta no se complementa generando proyectos muy atractivos y cambios estructurales que recuperen la desprestigiada imagen del país en el área petrolera, la exitosa gira quedará solamente como una visita de buena voluntad, al menos en el sector de petróleo y gas. (O)