Un puente es una estructura de madera, hierro, hormigón u otros materiales; une dos orillas o puntos separados por un río, estero salado, estrecho de mar o algún obstáculo natural; los antiguos romanos se caracterizaron por construirlos grandes y duraderos; es un pasadero para facilitar las actividades humanas; siempre que no perjudique otras importantes actividades.

Una draga es una embarcación con una máquina para extraer sedimentos del fondo de ríos, esteros, puertos, canales, lagunas, represas de centrales hidroeléctricas o eliminar obstáculos. La actividad de dragar es positiva, por ejemplo: permite una navegación segura a embarcaciones que realizan transporte de personas o carga. Hay que tener presente el impacto ambiental que genera la reubicación de los sedimentos.

El río Guayas, como puerto marítimo, está representado en nuestro escudo nacional y sobre sus aguas navega el icónico barco de comercio internacional. Fue utilizado intensamente durante la colonia y nuestra vida republicana, hasta que apareció el boom bananero que obligó a que se construya Puerto Nuevo, en el estero del Muerto, inaugurado en 1963. Pero las actividades de navegación de buques de carga y pasajeros siguieron, asimismo de varaderos, astilleros (Astinave) y la logística de materiales para mantenimiento, carenamiento y reparación.

A mediados de enero se prevé la llegada de la draga que realizará trabajos en el río Guayas; tercera fecha que se anuncia desde firma de contrato

Las actividades marítimas y logísticas relacionadas con el puerto histórico sufrieron un duro golpe que afectó a las actividades portuarias y de mantenimiento, al construirse el puente peatonal que une Guayaquil con la isla Santay y el que conecta Durán con la isla Santay. Poquísima oposición tuvo el expresidente Correa en su decisión política, basado en el argumento de beneficiar la actividad turística e impulsada por su actividad ciclística que practicaba, en días festivos. Hoy los dos puentes se transformaron en obstáculos peligrosos para la navegación, se han producido accidentes que los han dejado inoperativos y ocasionado pérdidas económicas al país y armadores. No incluyo los últimos accidentes de las tres barcazas eléctricas, que por negligencia de armadores y cuidadores se soltaron de sus amarras, y al vaivén de la marea chocaron contra el puente que une la isla Santay con Durán (dañado desde 2018).

‘Los puentes que van a la isla Santay tienen encerrado al río Guayas y ya no dan seguridad’

El dragado del río Guayas es otro tema que viene tratándose políticamente desde hace años, se dice que habrá más profundidad para la seguridad de la navegabilidad y que amortiguará el peligro de inundación de áreas de Guayaquil y Samborondón. Estamos a la espera de que se cumpla el tan publicitado lema de la Prefectura “El dragado va porque va”, pero los plazos se alargan y las excusas van desde el COVID, tormentas en el mar, daños en el buque, reparaciones en una isla del Pacífico occidental, ¿cuál será la próxima?

No existe un plan integral sobre el uso del río, ojalá las nuevas autoridades a ser elegidas lo hagan. Los dos puentes peatonales son un peligro para la navegación y deberían ser retirados. El dragado no se ve y el sedimento se acumula. Pero el río Guayas sigue y seguirá imponente en nuestro escudo nacional y llegando al mar por siempre. (O)