El dañino hongo de las musáceas comestibles con su conocida raza tropical 4 no cesa en convulsionar a la industria bananera, tanto que el 18 de enero de este año se hizo pública la declaratoria de emergencia nacional dictada por el organismo fitosanitario venezolano aceptando su nefasta existencia. En homenaje a la verdad, desde hace varios años se sospechaba su presencia, llegándose a afirmar que fue en territorio llanero donde asomó por primera vez en Latinoamérica y luego pasó al norte de Colombia –resaltado en una conferencia dictada por Juan Robalino Amado en el Colegio de Ingenieros Agrónomos del Guayas–, y arribó sorpresivamente al norte de Perú sin afectar plantíos ecuatorianos, cuando no hay forma de detener su avance por la forma de difusión en partículas de suelos y residuos vegetales, tornando inútiles las medidas preventivas antes aplicadas en Asia, Europa, África y ahora en América.

Es norma de los gobiernos no admitirlo formalmente tratando de ocultar su incapacidad para contenerlo, Colombia tuvo que aceptarlo en el 2019 cuando se afirmó en el departamento de La Guajira al norte, pasando después a la zona bananera del Magdalena, y Perú hizo lo propio en el 2021, donde se disemina sin control. La comunidad científica internacional no se explica las razones de su ausencia en Ecuador, como hemos manifestado las medidas precautelares que se dice están en vigencia son inofensivas por más intensas y costosas que sean. Australia, modelo de bioseguridad vegetal, no lo ha logrado. Ha transcurrido tanto tiempo y no se ha dado una explicación de ese hecho, será la bondad de sus suelos o el ambiente ecuatorial que nos cobija o como ha dicho coloquialmente un respetable productor: “Ecuador, tierra bendita”.

Sector bananero pide acelerar la importación de otra variedad que tolera el Fusarium raza 4

En septiembre del 2013 en nota de EL UNIVERSO (Apocalíptica enfermedad bananera) llamamos la atención de todos los sectores productivos y señalamos la urgencia de un programa de búsqueda de una variedad resistente como el tipo cavendish inmune al mal de Panamá raza 1 que eliminó nuestro delicioso banano de seda Gros Michel, estamos desprotegidos, no tenemos cómo reemplazar al susceptible que puebla nuestros campos y que ha dado divisas y trabajo, ahora en serio peligro de extinción de no repoblar cuanto antes con materiales de sobrada resistencia y desterrar la amenaza de desocupación, hambruna, desplazamientos campesinos, de un nuevo exterminio.

Se requieren recursos para profundizar la prevención y financiar con holgura la investigación, no es suficiente lo asignado hasta la fecha, pues los $ 15 millones publicitados en el régimen anterior nunca se concretaron y subsiste la duda de que el nuevo anuncio de $ 8′000.000 tampoco se realice, la agricultura no es prioritaria para los actuales gobernantes, lo cual obliga a una necesaria movilización del sector privado en conjunción de esfuerzos con los organismos descentralizados, especialmente de los consejos provinciales bananeros y plataneros constituidos en una gran mancomunidad que trate de recuperar el tiempo perdido, hasta tanto dependemos de la buena fortuna y rogar que el mortal enemigo no asole los verdes sembríos bananeros. (O)