En nuestro Guayaquil hay muchos casos de niñas y adolescentes víctimas de maltrato, de violencia física, psicológica y sexual que a veces son denunciados a las autoridades correspondientes, las que, generalmente, consideran que no pueden seguir viviendo en ese ambiente, pero entonces, ¿a dónde van?

En nuestra ciudad hay algunos sitios que pueden acogerlas. En estas letras quiero referirme a la Casa Hogar Perpetuo Socorro, que fue creada a fines de la década del 70 por la congregación del mismo nombre, como homenaje a esa advocación de la virgen María. Las niñas y adolescentes que llegan a la Casa Hogar Perpetuo Socorro lo hacen por decisión de un juez a quien le llegó el caso de violencia. Allí las personas encargadas se preocupan del desarrollo integral de las menores, ellas asisten a la escuela o al colegio, según su edad, y hay algunas que al terminar el bachillerato han podido ingresar a instituciones de educación superior. Todas reciben terapias que acompañan su tratamiento psicológico.

Al traste la opinión ajena

Conversé con algunas, de diferentes temas de acuerdo con la edad, dijeron que se sienten muy bien y hay quienes han pensado en qué hacer después cuando terminen el bachillerato y hayan elegido ya una profesión. Cuando les pregunté qué no les gustaba, la que tiene 16 años dijo que nada y la de 10, contestó que la sopa de tomate que les dan a veces en el almuerzo.

Lamentablemente, la infraestructura que fue pensada para darle un ambiente familiar, requiere mantenimiento. Hay profesionales que se han ofrecido como voluntarios para dirigir el trabajo cuando se pueda conseguir los materiales requeridos o el dinero para comprarlos. No son los únicos que se ofrecen para cooperar, hay un grupo bien coordinado que colabora en distintos aspectos.

Pobres migrantes

Los ciudadanos tenemos la responsabilidad de trabajar para que no se necesite que el socorro que necesitan algunas familias sea perpetuo y esto, quiere decir, entre otras cosas, que debemos observar, evaluar y descubrir si quienes fueron elegidos por el sufragio cumplieron o están cumpliendo con lo ofrecido durante sus campañas políticas.

Pero eso no es lo único, también debemos preocuparnos de cuidar nuestra ciudad, respetar las leyes y ordenanzas y, quienes tienen vocación política, no deberían quedarse solo en la crítica, sino participar activamente en las instituciones no gubernamentales. Tenemos ejemplos de lo que la sociedad civil puede lograr, como por ejemplo, la Junta de Beneficencia y la Sociedad de Lucha Contra el Cáncer (Solca).

Culpa de la víctima

Es necesario que los niños, las niñas y los adolescentes en general, en edad escolar, aprendan la importancia de la colaboración, el trabajo conjunto y la responsabilidad común de lo que ocurre en su barrio y en su ciudad. Para que así, cuando sean adultos y puedan ejercer su derecho del sufragio, no solo estarían listos para elegir a los mejores aspirantes a gobernar nuestro país, sino también para que con su propia acción contribuyan a evitar que existan familias, niños y personas de la tercera edad que para sobrevivir tengan que pedir socorro. Entonces, no sería necesario el socorro y mucho menos, el perpetuo. (O)