Día a día se confirma la corrupción en la administración de justicia, con la participación de varios jueces, fiscales, policías y oficiales, abogados, funcionarios judiciales que han admitido el cometimiento de fechorías y estar vinculados a la delincuencia organizada.

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No son simples acusaciones ni declaraciones sino pruebas documentales, testimoniales, periciales contundentes que comprueban la vinculación a la delincuencia organizada y al narcotráfico, a los que defienden políticos impresentables y audaces que luchan por la impunidad de sus socios, unos payasos que hacen el ridículo cuando les dieran tribuna en la Asamblea, otros en la cárcel y otros prófugos de la justicia.

Si quedaran dudas de estos hechos, los mismos actores, jueces, policías y oficiales, abogados, funcionarios judiciales han admitido en los procesos su vinculación a la delincuencia organizada y que recibieron dinero para beneficiarles y otorgarles acciones de protección y boletas de libertad a políticos corruptos.

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Además, existen hechos que comprueban los delitos y por ello deben devolver los dineros que admitieron que recibieron para liberarlos, como es el caso del exvicepresidente, que tiene dos sentencias condenatorias ejecutoriadas y otros procesos en desarrollo, que fuera liberado por esos jueces.

Antes se decía que la corrupción en la justicia era aislada, pero hoy se evidencia el involucramiento en un solo proceso, Metástasis, de alrededor de 50 personas, diez de las cuales han dado colaboración eficaz y se dio paso a procedimientos abreviados con lo cual recibieron penas reducidas entre 15 y 40 meses, luego de admitir todos los cargos formulados. Qué decir en otros tantos casos, como Purga, Plaga, Encuentro, e Independencia Judicial.

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Con qué facilidad acepta un juez que recibió 200.000 dólares para sacar de la cárcel al exvicepresidente; otro juez que cogió 50.000 dólares para liberar los bienes de un narcotraficante. El asesor cercano y de confianza del expresidente del Consejo de la Judicatura recibió 10.000 dólares para entregarle a este personaje siniestro que hoy está en la cárcel y que denigrara la majestad de ser juez.

A estos jueces y funcionarios no se les podía confiar la administración de justicia que durante tanto tiempo hicieron lo que les vino en gana, protegidos por políticos, el organismo administrativo y disciplinario y vinculados a grupos delincuenciales.

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Una trama de corrupción en la que falta el juzgamiento de casi 40, entre jueces, fiscales y abogados, y por ello se empeñan en hacer relajos con prepotencia frente a los jueces y con ello dilatar los procesos para que pase el tiempo, vengan otras autoridades, se cumplan los plazos, recuperen la libertad y les cobije la impunidad. Por ello, juezas y jueces no pueden someterse a los reos, deben actuar con firmeza y con base en la ley agilizar los procesos.

Puede un país confiar en esta justicia, en donde sí hay jueces correctos pero también muchos corruptos, que denigran a la Función Judicial y varios de ellos siguen en funciones, incluso algunos con declaratorias de error inexcusable de la CC, lo que implica sin dilaciones su destitución. Con estas condiciones, difícil que vengan inversionistas extranjeros. (O)