Los ministros de Interior, John Reimberg, y de Defensa, Carlo Loffredo, visitaron el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), donde están recluidos unos 15.000 presuntos pandilleros salvadoreños y 250 venezolanos que Estados Unidos deportó. El propósito es aprender y replicar el modelo en Ecuador.
Conocer experiencias como la de El Salvador, a profundidad, es una obligación de las autoridades del Bloque de Seguridad. La decisión de aplicarlas luego de su análisis es una responsabilidad que atañe al Gobierno, llamado a garantizar la convivencia pacífica del país, que se encuentra en un conflicto armado interno desde 2024.
La crisis de seguridad requiere de decisiones firmes y así lo exige la ciudadanía. Ante ello lo correcto es que en las giras que realiza el presidente Daniel Nobao, así como sus ministros, el tema sea prioritario, igual que los de materia económica.
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Los secretarios de Estado se han declarado impresionados con el orden y el trabajo del Cecot. Ya en territorio ecuatoriano se conocerá lo que plantean con la información obtenida, aunque en declaraciones, replicadas por agencias internacionales desde el país centroamericano, han expresado el interés de replicar el modelo.
Las realidades son distintas si se considera que Ecuador enfrenta una guerra contra el narcotráfico y el terrorismo. En El Salvador la violencia la imponían las pandillas terroristas. Además de prisiones, el Gobierno Central y el Legislativo deben revisar si las leyes están enmarcadas a la situación actual y son herramientas de justicia efectiva.
La lucha contra las bandas narcodelictivas tiene más de una vía por atender. Por un lado están las leyes que competen a la Asamblea Nacional y al jefe de Estado como colegislador, por otro, la Función Judicial. Y el Bloque de Seguridad conformado por el Ejecutivo también bajo su mando. El trabajo no puede ser aislado ni basta con replicar un modelo si no hay la convicción de todas las instituciones del Estado en una lucha por la paz que clama el país. (O)