En medio de las crisis eléctrica y de inseguridad que aquejan al país, las redes sociales son escenarios de desinformación y confrontación que no aportan soluciones en gran número de posteos.
A diario se lee información falsa y hasta mutilada o manipulada con inteligencia artificial publicada en cuentas de troles o de ciertos políticos. Y, a la par, acusaciones van y vienen entre militantes de organizaciones políticas, funcionarios, dirigentes sociales, empresarios y activistas... El objetivo, en ambos casos, es defender o desacreditar posturas partidistas.
Todo esto no genera más que confusión y polarización cuando lo que más se pide en estos días a la sociedad ecuatoriana es unidad y tranquilidad. Los líderes y activistas políticos deben ser los primeros en mostrar una actitud de madurez y plantear propuestas serias.
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El debate en las redes sociales acerca a la gente a los problemas nacionales de forma directa y sencilla. Por ello, es útil y necesario siempre y cuando se enmarque en la tolerancia y el respeto a las libertades y a las instituciones democráticas.
En ese marco, todos los usuarios de estos espacios digitales tienen que asumir el momento de una crisis histórica.
Contrastar la información que se recibe, no quedarse en el meme, el video de TikTok o el mensaje de WhatsApp de la vecina es importante a nivel ciudadano y en ese entorno acudir a fuentes oficiales. Los líderes políticos también tienen responsabilidad en lo que publican y repostean, y cuando se equivocan, no basta con bajar de sus redes lo que difundieron, tienen que dar una explicación, porque de lo contrario están contribuyendo a la desinformación que tanto daño causa.
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Las autoridades, líderes políticos y sociales deben propiciar una discusión digital de propuestas de ideas y soluciones con visión de país, sin odios o violencia, desapegándose de intereses personales y electorales. Suena a utopía, pero no debe serlo cuando Ecuador requiere de unidad para salir de la crisis eléctrica, económica y de inseguridad. (O)