Tras la firma del Tratado de Paz entre Ecuador y Perú, el 26 de octubre de 1998, la relación entre los dos países es la más cordial y se han suscrito convenios de interés para ambos. El actual mandatario, Daniel Noboa, y su homóloga peruana, Dina Boluarte, acaban de firmar un acuerdo para fortalecer la relación bilateral en materia de seguridad, migración e impulso del empleo inclusivo, entre otros temas.

Es motivador que países hermanos se cooperen entre sí para mejorar las condiciones de vida de sus pueblos. La receta, sin embargo, es esquiva dentro de sus naciones. Mientras el presidente Daniel Noboa participaba del gabinete binacional en Perú y se abordaban temas vinculados con el desarrollo e inclusión social, la promoción del comercio, el turismo y las inversiones, así como ya se anotó, la seguridad y defensa, en Ecuador se cumplía el primer día de protestas contra el incremento del precio de los combustibles y la paulatina eliminación de los subsidios.

Lo último sobre las protestas en Ecuador este 4 de julio del 2024

Además, hay una suerte de confrontación entre funcionarios del Ejecutivo con la Asamblea, con miembros de Gobiernos autónomos descentralizados (GAD). En el caso de las protestas de gremios de trabajadores y sociales y también en las pugnas entre funciones del Estado, el diálogo en madurez es más productivo y con toda seguridad hará posible llegar a acuerdos.

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Si los acuerdos son posibles a nivel internacional, como el reciente con Perú, y el Gobierno debe hacer esfuerzos también por restituir relaciones rotas con naciones como México y Venezuela, a nivel interno y como ecuatorianos existe la obligación de todos los actores políticos y sociales de sentarse a conversar y no interrumpir el trabajo tan necesario para superar la pobreza mejorando la economía.

Si bien las primeras manifestaciones de este 4 de julio no se sintieron en algunos sectores del país, en Quito y otras zonas de la Sierra sí se cerraron vías. El derecho a la resistencia existe, pero también el derecho al trabajo. ¿Es posible que convivan? Sí, con respeto y control. Ciudadanos y autoridades pueden lograrlo. (O)