Los estudiantes que terminan el bachillerato y se disponen a buscar opciones de educación en el sector privado, sea por falta de cupos en las universidades públicas, por carreras escogidas o por facilidades de horarios y distancias, ven en los créditos educativos una oportunidad que se viene diluyendo en los últimos años.

La ilusión de poder escoger la universidad se complica por las dificultades que un joven tiene para ser sujeto de crédito, sin contar con que la morosidad ha influido en la baja de la cartera para este concepto.

Esto debes tomar en cuenta para elegir correctamente una carrera universitaria en Ecuador

El plan de trabajo para jóvenes que promueve el Gobierno, si logra éxito, podría ser un puntal para que los aspirantes a universitarios tengan la facilidad de un préstamo, considerando que tendrían un ingreso y no dependerán de garantes que hoy se exige. Si bien la obligación del Estado es garantizar la educación gratuita, el poder llegar a acuerdos con el sector privado para mejorar las oportunidades de los jóvenes sería muy bien recibido.

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Para finales de 2021 la banca colocó en créditos educativos $ 28,92 millones comparados a $ 24,72 millones al cierre de 2020. Al terminar el 2022, la asignación de créditos a este rubro presentó solo $ 16,04 millones, una reducción evidente, y al cierre de 2023 fueron $ 15,17 millones, de acuerdo a datos de la Asociación de Bancos Privados del Ecuador (Asobanca).

Estas son las carreras universitarias aprobadas en 2023 y que están vinculadas a la tecnología en Ecuador

No son pocos los problemas sociales, económicos y hasta diplomáticos que enfrenta el Gobierno, pero es apenas justo exigirle una mirada hacia políticas que reduzcan la brecha educativa y con ello se mejoren las oportunidades de los jóvenes a los que permanentemente alude.

Si hay dificultades para que todos accedan a la educación gratuita, los sectores público y privado pueden buscar los mecanismos de financiamiento adecuado para que no se prive a nadie de la oportunidad de formarse académicamente y a través de ello mejorar no solo la economía particular, sino la del país. Un desempleado genera gastos, un trabajador, y con conocimientos, aporta al desarrollo. (O)