En materia de entretenimiento hay gustos para todos y los adultos tienen la capacidad de discernir, de escoger a riesgo propio la forma de hacerlo. También tienen la responsabilidad de formar y velar por la educación de quienes cuando crezcan tomarán sus propias decisiones. Una entrevista al popular Tiko Tiko, otrora animador de programas infantiles de televisión, volvió a poner el tema sobre la mesa, que no solo implica a la familia, sino al sector público y privado.

Él sostuvo que los programas infantiles no murieron, que los mataron con el argumento de que los niños han cambiado. Tiene razón cuando asegura que lo que ha cambiado es lo que se les enseña. Y sí, hay nuevas tecnologías, pero estas deben aprovecharse en el fortalecimiento del aprendizaje.

Más de una vez se han iniciado debates sobre los valores, sobre materias como Educación Cívica, Urbanidad y otras que hace, al menos, tres décadas desaparecieron del pénsum escolar y que, con su experiencia, maestros ya jubilados afirman que contribuyeron a tener mejores ciudadanos.

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En programas que empezó a animar Tiko Tiko en 1973 se enseñaba con música de ecología, de la amistad y hasta había lecciones contra la corrupción cuando se instruía sobre no mentir. ¿Qué se enseña ahora? Tal vez sea el momento de revisar y evaluar la reactivación de algunas asignaturas, seguramente deben modificarse metodologías, cambios de forma mas no de fondo cuando se trata de rescatar valores, de volver la mirada a la formación en las aulas y el hogar. La corrupción no tiene justificación y eso se aprende desde la niñez, a no cometer actos reñidos con la honestidad ni tolerarlos, el trabajo digno, el amor por el país (civismo).

Las tareas son enormes y los resultados, a mediano y largo plazo, pero hay que empezar. Autoridades educativas, medios de comunicación y padres de familia debemos comprometernos en hacer el mejor esfuerzo para que los valores ciudadanos se multipliquen. (O)