La viralización de un video de baile erótico que incluye desnudos –grabado en Guayaquil– es una muestra de la creciente desvalorización de los individuos. En redes sociales la discusión se centró en el lugar de la ciudad donde se filmó, aunque también hubo voces de cuestionamiento.

Las incivilidades, en las que se cuentan hechos como el viralizado, tienen su propia estadística en Guayaquil. Lamentablemente son cifras considerables, de acuerdo con datos de la Empresa Pública Municipal para la Gestión de Riesgos y Control de Seguridad de Guayaquil, Segura EP.

En junio de 2024 se registraron 6.477 incidentes; en mayo fueron 5.935 y en abril, 6.499. Segura EP incluye en la estadística de Incivilidades hechos de desorden, mal comportamiento, discurso vulgar y escándalo público con actos que riñen con la moral.

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En el último año, las alertas de incivilidades atendidas suman 79.002, anota un comunicado del Municipio de Guayaquil, mientras que la página web de Segura EP registra que en el 2022 hubo 109.180. Aunque las cifras van a la baja, sigue siendo un tema de preocupación.

Respecto del video viralizado, el cabildo abrió una investigación para identificar y sancionar a los responsables. El Municipio tiene avances: ocurrió el 30 de junio en una concentración no autorizada en una cancha ubicada en el parque del cerro.

Es correcto que haya tal investigación y se defienda el derecho a la paz y convivencia civilizada de la ciudadanía.

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El espacio público tiene normas que todos están en la obligación de cumplir. La privacidad admite libertades que están restringidas en zonas públicas, sin que eso implique afectación de derechos sino, al contrario, respetar los de toda la sociedad.

Los gobiernos tienen la obligación de velar por la tranquilidad y que las incivilidades no afecten a la ciudad. En ese aspecto la educación tiene también una asignatura pendiente.

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En el hogar y en las aulas hay que fortalecer los valores para que no se requieran sanciones por incivilidades y estas dejen de ser una cifra estadística. (O)