México tuvo este 1 de junio una elección sin precedentes. Es el primer país, según la comunidad internacional, en elegir a sus jueces por voto popular.

Las leyes de cada país en democracia son respetadas soberanamente, mas en un mundo globalizado es necesario analizar los contextos, porque más tarde o más temprano hay impactos regionales o los modelos se replican total o parcialmente de acuerdo con las ideologías de gobierno.

El proceso en México se da tras una reforma constitucional que impulsó el expresidente Andrés Manuel López Obrador. Claudia Sheinbaum, su sucesora, comparte su pensamiento y línea política. Mientras para ellos el ejercicio permitirá sanear el Poder Judicial, para los críticos es un ataque directo a la independencia de poderes y el resultado será más impunidad.

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La independencia de poderes es un principio básico de la democracia y aunque según las normas establecidas en México los partidos políticos no podrían participar en estas elecciones ni apoyar candidaturas, hubo denuncias sobre postulantes identificados como afines al oficialismo o a la oposición. Algo muy similar a lo ocurrido con el Consejo de Participación y Control Social, que selecciona a los titulares de los organismos de control en Ecuador y que algunos de sus miembros son parte de procesos judiciales actuales.

Adicionalmente a las semejanzas, corresponde que los poderes políticos observen con atención los procesos y las implicaciones regionales que podrían generar. Los grupos de delincuencia organizado han trascendido fronteras, entonces está más presente la cooperación y respeto de acuerdos internacionales.

Los países en general están obligados a fortalecer las instituciones y la comunidad internacional a mantenerse vigilante, sin que implique afectar soberanía y siempre con el deseo de que se tomen las decisiones que signifiquen calidad de vida para sus pueblos. Inversión, integración, migración, derechos humanos están vinculados a una operación de justicia independiente y con reglas claras. (O)