El Malecón 2000 recibe cada mes un promedio de 1′800.000 visitas. En periodos festivos, como el 9 de octubre, se incrementa en un 30 % el número de personas que llegan a la zona turística.
La primera etapa de esta obra se entregó hace 25 años, el 9 de octubre de 1999, durante la administración de León Febres-Cordero. En materia político-electoral el Malecón 2000 ha sido blanco de cuestionamientos y bandera de quienes lo impulsaron, pero lo más importante es que a lo largo de este cuarto de siglo es un atractivo turístico y sitio de encuentro familiar.
Construido en etapas, el Malecón 2000 recibió donativos de la empresa privada y ciudadanos a través del impuesto a la renta. De hecho, hay un sector donde constan sus nombres.
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Pasados 25 años, quienes vivieron el antiguo malecón dan fe del efecto que generó la obra en el centro de Guayaquil: mejor economía y autoestima ciudadana.
Sin embargo, para devolver la vida a la zona céntrica, sobre todo en las noches, hace falta mucho. Es una tarea pendiente de las autoridades locales. Las grandes ciudades del mundo atesoran sus áreas centrales, las reactivan, las impulsan, las promocionan al turismo.
¿Cómo era antes el malecón de Guayaquil?
Es muy cierto el hecho de que Ecuador esté en un conflicto armado interno genera preocupación, que la crisis energética pone más presión sobre la economía, pero también es conocido que la ciudad tiene toda una historia de lucha, de levantarse de las cenizas con bríos y proclamar su lema generoso: “Guayaquil por la patria”.
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La unidad y el trabajo entre el sector privado y el público son posibles para recuperar el centro de Guayaquil. Que el Malecón 2000 en sus 25 años sirva de inspiración de lo que se puede lograr.
No es sencillo, como no lo fue el malecón, que ha estado inmerso en conflictos, sobre todo cuando se acerca una elección seccional. Fuera de proselitismo, es menester que se mire hacia atrás solo para recordar que Guayaquil siempre tiene ansias de crecimiento y que las autoridades están obligadas a acompañarla. (O)