Paulina ingresa a las 07:30 al Centro de Rehabilitación Social Cotopaxi n.º 1, pasa por rigurosos controles de seguridad y trámites administrativos antes de llegar a los pabellones de la prisión donde están los bloques educativos.

Su rutina la repiten en este centro otros 62 maestros y en total 369 docentes que brindan servicios en la modalidad de encierro en los centros de privación de la libertad (CPL). Un comunicado de prensa del Ministerio de Educación destaca la labor de Paulina y sus compañeros. El nombre completo de la mujer lo mantenemos en reserva por responsabilidad social, mas su trabajo como el de sus pares debe ser conocido y reconocido en medio de la reclamada rehabilitación en los centros de privación de libertad.

Es grato conocer que se mantiene una oferta educativa en los centros de privación de libertad y que esta abarca desde alfabetización hasta bachillerato y bachillerato técnico, con los que se busca dar a los internos herramientas lícitas para enfrentar el mundo exterior cuando recuperen su libertad.

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La difusión de la información ofrecida por el Ministerio de Educación hace oportuna la felicitación a quienes se dedican a la tarea de enseñar aun en condiciones adversas, pero también es permitente recomendar seguridad para este tipo de trabajo y que se protejan las oportunidades de rehabilitación.

En los registros administrativos de privación de libertad de este año, con corte al 23 de junio, se establece que hay 19.915 internos sentenciados y 10.715 procesados. En el primer grupo están los candidatos más potentes a ingresar a los programas de educación en encierro.

Según el Gobierno, la labor de los docentes también se enfoca en dar seguimiento y orientación a aquellos que desean continuar sus estudios universitarios una vez que culminen la etapa de bachillerato. Paulina es el rostro visible de una labor que merece replicarse y que es deseable sea efectiva para una real y responsable rehabilitación. (O)