El chuchaqui de los resultados de la primera vuelta fue breve para los candidatos que no lograron ir al balotaje. No se había pasado de escrutar el 15 % de los votos válidos a nivel nacional, la noche del 20 de agosto, cuando empezaron a salir uno a uno a reconocer la decisión expresada en las urnas con una racionalidad digna de respeto.

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Vientos como esos son los que necesita el país en la búsqueda de solucionar sus problemas. La madurez política transmitida en las declaraciones de Otto Sonnenholzner, Jan Topic, Christian Zurita, Yaku Pérez, Xavier Hervas o Bolívar Armijos debe ir a más lejos.

Es el momento de juntar voluntades, de llegar a acuerdos sin condicionamientos por el Ecuador. Las elecciones pasaron y hay dos finalistas. Una lección evidente en los resultados es que los votantes están cansados de confrontaciones, de polémicas, de informaciones falsas y escándalos multiplicados en las redes sociales.

El voto duro de una de las candidaturas se refleja sin duda, pero también el de los que buscaron un rostro nuevo, joven, con poca exposición política, que en sus apariciones se mostró equilibrado.

Es deseable que en la segunda vuelta las dos candidaturas hagan una campaña de propuestas, con altura, sin caer en demagogia ni insultos o campaña sucia.

Luisa González y Daniel Noboa recargan fuerzas para enfrentarse en la segunda vuelta electoral

Luisa González y Daniel Noboa estarán en la papeleta el 15 de octubre próximo. Ahí serán juzgados por una población que aspira a que se haga una presidencia de transición respetuosa, honesta, que honre su palabra en el cumplimiento de planes y trabaje por sacar al Ecuador de la inseguridad, de la crisis social y económica.

Los ecuatorianos estamos obligados a luchar por un mejor país, por eso es halagüeño que los candidatos que quedaron fuera ofrezcan, como lo hizo Jan Topic ayer, sus planes para que se tome lo mejor de ellos. Los que llegaron a la Asamblea también deben hacer un compromiso de lealtad con Ecuador, independientemente de quien gane la Presidencia. Es hora de liberarse de las doctrinas, que la única alianza válida sea por el Ecuador. (O)