De acuerdo con datos del Banco Central del Ecuador, el último año el país tuvo un nuevo récord en la recepción de remesas, con un total de 5.447,5 millones de dólares, que representa un incremento del 14,8 % con respecto al valor registrado en 2022 (4.743,5 millones de dólares).

Esta cifra equivale al 4,6 % del PIB (Producto Interno Bruto) del país.

La mayor parte del dinero recibido fue transferida a las provincias de Guayas, Azuay, Pichincha y Cañar. Estas acapararon el 72,7 % del flujo total, alcanzando la suma de 3.962,8 millones de dólares.

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Remesas: un salvavidas

El 71,2 % de este flujo de remesas provino de los Estados Unidos, alcanzando los 3.880,6 millones de dólares en 2023, un aumento del 17,3 % en comparación con el 2022. España fue el segundo al registrar un monto de 876,6 millones de dólares, un aumento del 12 %. El tercer lugar lo ocupa Italia con 180,9 millones de dólares, con un aumento del 5,5 %. Del resto del mundo llegaron 509,4 millones de dólares, un aumento del 5,8 % frente al 2022.

Remesas que llegan a Ecuador baten récord pero inversión baja, una mala combinación en 2023

Esta situación también refleja el aumento de ecuatorianos que han decidido migrar, cuyo número ha crecido tras la pandemia. Entre 2021 y 2023 se registra un total de 351.966 ecuatorianos que salieron de las fronteras nacionales y no han retornado. Este número supera a los 183.307 que salieron y no retornaron en el periodo 2014-2019, antes de la pandemia, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).

El esfuerzo de miles de ecuatorianos que optaron por salir del país, muchos de ellos corriendo los grandes riesgos que tiene el llegar como indocumentados a los Estados Unidos, significa un importante apoyo a la economía nacional. Por ello, es responsabilidad del Estado el trabajar para formar un escenario que permita que las actividades económicas puedan desarrollarse mejor y aumentar, incluyendo la inversión, para beneficiar a la economía de todos. Esto incluye gastar con responsabilidad, invertir inteligentemente y atajar la corrupción que campea y dificulta el desarrollo de una sociedad. (O)