A los daños de viviendas y vías a causa de las lluvias se suman otros efectos que deben movilizar a las autoridades locales y nacionales. Este 6 de marzo, Interagua reportó altos niveles de turbiedad en el río Daule y anunció la restricción del servicio de agua potable a los clientes de Amagua: La Aurora y La Puntilla.

Incluso, no descartó restricciones rotativas en Guayaquil debido a que la turbiedad dificulta la captación del líquido desde el río Daule para su procesamiento.

Aunque se trate de una eventualidad por el clima, debe haber planes de contingencia, pues no es el primer invierno fuerte que se presenta en Ecuador. La calidad del agua y su abastecimiento es vital para los pueblos.

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Las previsiones del clima son una herramienta que permitirá una mejor planificación a las empresas distribuidoras de agua potable. Mientras, la ciudadanía se mantiene a la expectativa de lo que se informe y las medidas por tomar.

Los servicios básicos empiezan a afectarse y es conveniente que se mantengan activos los teléfonos de emergencia para atender los inconvenientes. Cortes de energía por efecto de las lluvias se han presentado en diversos sectores de Guayaquil. La atención ágil siempre la agradece la población.

Por ahora el Gobierno ha llegado con ayuda a las zonas más azotadas por el temporal. Se habla de construcción de viviendas, de entrega de víveres, bonos de contingencia y se activan albergues.

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Y como siempre, un Ecuador solidario se ha organizado en distintas ciudades de manera privada para recaudar donaciones para los afectados. El país se caracteriza por su generosidad en momentos difíciles.

En materia de los servicios básicos son las autoridades las que deben actuar. Este mismo sector está llamado a verificar las condiciones del agro para garantizar la alimentación tanto en zonas donde las vías están interrumpidas como en todo el país. En situaciones de crisis es importante un engranaje de todos los sectores e instituciones para servir a la comunidad. (O)