Un agente infeccioso de naturaleza desconocida, según el Ministerio de Salud, ha causado la muerte de ocho niños en la Amazonía. La preocupación y el temor ciudadano por temas de sanidad es justificado, pero para que no se genere pánico social las autoridades deben apresurar las investigaciones y acciones sobre enfermedades presentes en el país.

En los casos expuestos en Taisha los niños han tenido como síntomas fiebre, dolor abdominal, vómito y diarrea con sangre. El Gobierno investiga fuentes de agua, contactos entre comunidades, y cadenas de alimentos para determinar lo que está provocando estos cuadros.

Un ‘agente infeccioso’, aún desconocido, está afectando a niños en la Amazonía: van 8 niños muertos con síntomas similares

Por la alerta epidemiológica se anunció la movilización de personal de salud. Medidas mínimas de prevención deben ser compartidas con la comunidad, pero es imprescindible detectar lo que provoca el problema grave, porque está causando muertes, para trabajar en prevención.

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El llamado ‘agente infeccioso de naturaleza desconocida’ no es el único tema de salubridad que preocupa a la población. También hay intranquilidad luego que se conoció de cuatro casos de fiebre amarilla, uno de ellos fallecido, y de que Colombia declaró la emergencia sanitaria. Para evitar o frenar el brote en Ecuador, a partir del 12 de mayo, los viajeros procedentes de Colombia, Perú, Bolivia y Brasil deberán presentar el carné de vacunación contra la fiebre amarilla.

Estas son las provincias en la zona de riesgo de la fiebre amarilla en Ecuador

Paralelamente el ministerio afirma que hay vacunas contra la enfermedad.

Además de las medidas por males puntuales y de acelerar las investigaciones y resultados son necesarias campañas para que se retomen acciones mínimas de bioseguridad. El lavado frecuente de manos y uso de alcohol fue una buena costumbre que muchos mantienen desde la pandemia del COVID-19, pero quienes la han abandonado deben retomarlas.

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Personas que viajen por turismo o trabajo a la Amazonía deberán vacunarse contra la fiebre amarilla

Ante una enfermedad ninguna medida es exagerada y si bien el Gobierno está obligado a garantizar la atención en salud, la sociedad tiene que actuar con responsabilidad. La lucha por la vida es de todos. (O)