La compañía dueña de la avioneta en la que Jenni Rivera murió hace más de un año se quedó el miércoles pasado sin abogado que la represente ante una demanda por negligencia, presentada por los familiares de los pasajeros fallecidos en el mismo accidente aéreo.

“Es como estar en un cuadrilátero y no hay nadie en la otra esquina”, dijo Paul Kiesel, abogado de familiares de los cuatro pasajeros, tras una audiencia en una corte civil en el centro de Los Ángeles.

La jueza Holly E. Kendig dio visto bueno a la petición del abogado Mark Velásquez de retirarse del caso y dijo que ordenará a Starwood Management Inc. a comparecer en la siguiente audiencia del 10 de marzo.

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Starwood era dueña del Learjet en el que Rivera y otras seis personas murieron el 9 de diciembre del 2012 en Monterrey, México.

La empresa sufrió un revés el mes pasado, cuando la DEA pidió a una corte federal en Texas que aprobara el decomiso de una de sus avionetas, alegando que el dueño de la empresa, Christian Eduardo Esquino Núñez, intentó operar de manera fraudulenta.

En 1993, Esquino Núñez se declaró culpable de asociación ilícita para poseer y distribuir cocaína y en el 2004 estuvo encarcelado dos años tras cometer fraude.