Si todo el mundo fuera un escenario, William Shakespeare sería su arquitecto.

El aniversario 400 de la muerte del dramaturgo se está celebrando en todo Gran Bretaña con desfiles, servicios religiosos y, por supuesto, actuaciones sobre el escenario. A pesar de todo, la obra es lo que importa.

Shakespeare murió el 23 de abril de 1616, en su cumpleaños 52 en la localidad de Stratford-upon-Avon, en el centro de Inglaterra, su ciudad natal. Escribió Romeo y Julieta, Macbeth y Hamlet, obras que forman parte del patrimonio cultural mundial.

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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, visitó ayer el teatro Globe de Shakespeare en Londres y la Real Compañía de Shakespeare está montando un gran espectáculo teatral con actuaciones de Judi Dench, Benedict Cumberbatch, Ian McKellen e incluso el príncipe Carlos.

En el río Támesis, a su paso por la capital, se instalaron pantallas gigantes en las que se exhiben los 37 cortometrajes, uno por cada obra de Shakespeare.

Alrededor del mundo, el bardo es más popular que nunca. Dominic Dromgoole, director artístico del Globe de Shakespeare, dijo que la popularidad del dramaturgo solamente aumentará.

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“Aún no arañamos la superficie de qué tan lejos y profundo puede hablarle a las diferentes comunidades”, comentó el director Dromgoole. (I)