Hacemos una encuesta en Twitter (que nos perdone Elon Musk, nunca diremos X) de cuál liga es la mejor del mundo. Ponemos cuatro opciones: la Premier League, la Liga Española, la Serie A italiana y la Bundesliga. El sondeo no buscaba establecer si la inglesa es la mejor, eso es archidabido, sino por cuánto. Presuponíamos que 9 de cada 10 aficionados de todo el mundo elegirían el fútbol de la Rubia Albion, pero íbamos más allá: deseábamos saber si podían superar los nueve. A los pocos segundos ya había 20 votos, los veinte a favor de la Premier. Luego experimentó un levísimo descenso, pero al llegar a los primeros 300 sufragios el porcentaje era 95,5% la Premier, 2,4 la Liga Española, 1,4 el Calcio y 0,7 el fútbol alemán. De modo que sí, más de nueve sobre diez prefieren ver el torneo interno de los inventores del fútbol.

La tercera edad copa la eliminatoria

Como destaque, debe decirse que la Serie A ha tenido un repunte notable desde hace tres o cuatro años, a favor de dos cambios fundamentales: 1) dejaron de contratar veteranos y comenzaron a apostar por jóvenes y 2) abandonaron definitivamente el catenaccio, el estilo defensivo al que estuvieron aferrados durante un siglo.

Jugando contra fantasmas

La Bundesliga es muy atractiva también, con un juego de ida y vuelta. Nadie la tildaría de aburrida, sin embargo, la relegan otros pecados: A) tiene un único patrón llamado Bayern Munich, que lleva once campeonatos ganados consecutivamente, lo que resta interés. B) no contrata estrellas, en todo caso las genera o bien las descubre y luego las traspasa a otros mercados (Gundogan, Lewandowski, Haaland, Bellingham). C) tiene poca exposición mediática y, por ende, poca penetración en el resto del mundo. No se ven muchos partidos del fútbol alemán. Alemania no genera ruido.

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No hay otro Scaloni, eh...

La liga española estuvo en la primera posición por varios, sobre todo en tiempos de Messi en el Barça y Cristiano Ronaldo en el Madrid, una rivalidad que la elevó a límites excepcionales. Ahora está en baja, ha perdido grandes estrellas (Messi, Cristiano, Neymar, Benzema, Luis Suárez, Casemiro, Rodri) y, salvo el Madrid y el Barcelona, ya no puede competir con la billetera de la Premier. Pero, al margen de ello, su fútbol no tiene el atractivo de años atrás. Es difícil argumentar hoy en favor de la Liga Española, siempre salpicada de denuncias y escándalos. Es cierto que tuvo un reinado de más de una década gracias a la excelencia del Barcelona y al contrapeso que le proponía el Real Madrid, excelencia que quedaba circunscripta a ellos dos y un poco del Atlético de Simeone, que logró terciar en varias ocasiones.

‘Parecían venidos de Marte…’

La liga francesa, si bien es la que más futbolistas transfiere, no se puede comparar con las cuatro mencionadas arriba. Lo mismo pasa con las de Portugal y Holanda. En cambio, fuera de Europa, es ponderable el Campeonato Brasileño, donde normalmente juegan doce grandes, algo que no puede igualar el resto del mundo. Son Flamengo, Fluminense, Vasco da Gama, Botafogo, Palmeiras, São Paulo, Corinthians, Santos, Cruzeiro, Atlético Mineiro, Gremio e Inter de Porto Alegre. Además, fuera del Viejo Continente, es una de las de mayor presupuesto.

Las demás ligas sudamericanas son menos atractivas, más pobres, pero, cuando Messi está haciendo los trámites de la jubilación, el mundo espera el surgimiento de otro sudamericano para que se convierta en rey. Ni Haaland, ni Mbappé ni Bellingham (al menos no todavía) puede reclamar el trono de mejor del mundo.

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Nunca hubo un dominio tan abrumador de un fútbol doméstico sobre los otros como el de Inglaterra. Que tiende a prolongarse. Sobran motivos: como entretenimiento es un producto noble, virtualmente perfecto; su alto grado de organización, la bellísima puesta en escena, los magníficos y coquetos estadios, la generosidad futbolística de ir en busca de la victoria -todos-, pero en especial su valor estético y su limpieza moral. El Fair Play no es simplemente un eslogan. No hay eternos beneficiados como en España o en Italia, nadie corre con el caballo del comisario, todos son iguales. Para los jueces es igual el Charlton Athletic que el Arsenal. Si hay penal para el Burnley contra el Liverpool, se cobra, los jueces son confiables y miden con la misma vara, el VAR está para aclarar dudas y reducir los errores al mínimo, se cuida el espectáculo haciéndolo lo más justo posible. Sólo está tolerado el error. Se trata de reponer todo el tiempo perdido dando ocho o nueve minutos de adición. No se permiten avivadas. El Everton fue hallado culpable de infringir el Fair Play financiero y se le quitaron de inmediato 10 puntos. Quedó debajo de la tabla pero no dijo ni mu. Si además se quejaba, quizás le sacaban 15. Ivan Toney, goleador del Brentford, fue sancionado por ocho meses tras violar una normativa de la FA más de 250 veces, relacionada con apuestas. Ensuciar la reputación del torneo es definitivamente un hecho grave.

Nadie es indiferente al encanto de la Premier League. Y nadie gana antes de jugar. Cualquiera puede dar el campanazo. Naturalmente, los más poderosos pueden fichar mejor y tienen mayores posibilidades. Sin embargo, es la única liga importante que reparte sus ingresos por derechos de televisación en partes iguales entre los 20 competidores de Primera División. Esto, con el objeto de nivelar al máximo las posibilidades de todos.

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No obstante, hay una explicación adicional: todos van al frente. No hay lugar para técnicos ultradefensivos, no gusta, no está en el ADN del hincha inglés. Por eso vemos partidos sensacionales donde se cambia ataque por ataque. Los hay de 3 a 3, de 2 a 2, de 4 a 3... Lo notable es que hasta los más pequeños buscan la victoria. En una buena tarde, el Bournemouth puede tumbar al Manchester United. Y la inmensa mayoría de los duelos se define en los últimos instantes del juego. Ver ganar a un equipo al minuto 95 ó 96 es absolutamente normal. Porque además hay una inquietud por adicionar todo el tiempo perdido.

“Puedes ver un partido Sheffield vs Luton Town y te vas a divertir. Lo que no ocurre en un Frosinone vs Salernitana o un Cádiz vs Mallorca, con todo respeto para estos equipos”, dice Caballero Solidario, tuitero informado.

Otro punto es el Big Six, el club de los seis grandes: Manchester United, Liverpool, Arsenal, Chelsea, Manchester City, Tottenham. Al que de a poco se van acercando Newcastle, West Ham, Aston Villa. Los demás medios tienen dos, a lo sumo tres poderosos. Pero no es imposible que coronen otros desconocidos, como el Blackburn Rovers en 1995 y el Leicester en 2016.

Este auge le ha permitido ganar tres de las últimas cinco Champions. Y no por un solo equipo, por tres distintos: Liverpool, Chelsea y Manchester City. Y tres subcampeones: Tottenham, City y Liverpool. En la Copa UEFA, desde 2010 han conquistado tres coronas (2 Chelsea, 1 Manchester United) y otras cuatro veces fueron finalistas (Fulham, Liverpool, Arsenal y Manchester United). Y en la Liga Conferencia, de apenas dos ediciones, han obtenido una: West Ham es el actual monarca. O sea, una participación portentosa a nivel continental.

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No hay dudas: de cada diez consultados, nueve y medio eligen la Premier League como el torneo más bello del fútbol mundial. (O)