“Lo lamento. Lamento haber dejado a tantos jugadores maravillosos fuera de esta lista y lamento si fueran tus jugadores favoritos. Lo siento si hay jugadores que significan mucho para ti, que asocias con un momento feliz de tu vida y no los he incluido”. Así comienza su simpático artículo en el Daily Mail de este jueves Oliver Holt, multipremiado periodista deportivo inglés. “Los 100 mejores futbolistas definitivos de Oliver Holt”, se titula. Hacer listas de los reyes del juego es un delicioso e irresistible ejercicio, que, de antemano, uno sabe que será ferozmente criticado, pues de fútbol y de medicina todo el mundo opina. El plomero del barrio cree saber más que el técnico, que ha jugado quince años en primera división y lleva otros diez entrenando. El empleado de contaduría le da cátedras al cronista que ha dedicado su vida a estudiar y seguir el juego.

Como siempre, se puede estar de acuerdo o no, pero es un escrito atrapante, al que el Daily Mail dio amplio destaque. “Holt tiene 57 años, no pudo haber visto a muchos grandes de antaño”, le critican quienes comentan su nota. Pero hay videos. “No se pueden comparar épocas”, dicen otros. Se puede perfectamente. Se comparan la jerarquía, los logros y el grado de dificultad. Y la actual es más difícil que las anteriores. Quien no esté de acuerdo que mire videos antiguos. Se llevará una gran desilusión.

En todo partido de la Premier League o de la Champions de hoy es más complejo destacar que en cualquiera de hace cincuenta años. Por velocidad, por falta de tiempo y espacios, por presión de marca, por intensidad, porque los defensas son atletas fuertes y ágiles, porque los arqueros mejoraron un mil por ciento, porque antes defendían cinco y ahora diez, por la enorme cantidad de información que existe sobre el rival. En 1958, cuando Garrincha debutó frente a Rusia, su marcador no sabía absolutamente nada sobre él; Garrincha lo arrasó. Hoy el defensa que debiera custodiarlo habría visto diez videos y tomaría recaudos, no le sería tan fácil a Mané. El técnico le diría “anticípalo o estás muerto”.

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Le preguntaron a Enzo Francescoli sobre cuál fútbol fue mejor, el de antes o el de ahora. Respondió: “Hay diferencias, no quiero decir cuál es mejor o peor. Hoy es mucho más rápido, hay menos espacios y menos posibilidades de lograr cosas”. Enzo debutó hace 45 años, se da cuenta de que a él también le costaría más, por talentoso que fuera.

Por ello, al trazar un paralelo, prevalecen en la elección los futbolistas más cercanos a esta época. Y porque siempre aparece un deportista que supera a los anteriores. Nadie es el mejor para siempre. Djokovic, Nadal y Federer son los tenistas más grandes de la historia, y son de este tiempo. Lo mismo ocurre en todos los deportes. Guillermo Vilas, el Atlante del tenis argentino, un sujeto siempre pensante, dejó una reflexión magistral sobre el ayer y el hoy: “Si me ponen contra el Federer de 2004 con mis mejores herramientas de 1977, yo no tendría opciones, me liquidaría por 6-1 y 6-2. Y eso si tengo suerte. Lo mismo contra Nadal o Djokovic. Enfrentar a un tenista de 1900 contra uno de 2000 no es coherente, hay cien años de adelantos”.

Lo más sabroso de la lista de Holt son sus primeros diez: 1) Messi, 2) Pelé, 3) Maradona, 4) Cruyff, 5) Zidane, 6) Di Stéfano, 7) Ronaldo Nazario, 8) Garrincha, 9) Zico, 10) Cristiano Ronaldo. No se trata de coincidir en todo con el autor sino de valorar su trabajo. Messi, Pelé y Maradona es la santísima trinidad del fútbol. En el orden que quieran, están arriba de todos. Muy despegados. Porque su arte lo desarrolló en la actualidad, por ser genial marcando y asistiendo, coincidimos en que Messi puede ser el número uno. No obstante, si alguien elige a Pelé o a Diego, perfecto igual.

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Cruyff fue un supercrack, sin discusiones, aunque seguramente agrandó su mito por su dimensión posterior como técnico. Y Zidane como quinto parece ligeramente exagerado. Sobre todo por aventajar a una leyenda como Di Stéfano, cuyos títulos y goles son impresionantes. Aunque nada de eso se compara con ser el máximo prócer del Real Madrid, al que transformó imprimiéndole su carácter ganador. Holt rescata a Zico, un sensacional mediapunta que lo tenía todo: toque corto, gambeta, gol, pase-gol, tiro libre. Y revestido de un estilo brasileñísimo.

Holt tuvo la ecuanimidad de no incluir ningún británico entre esos primeros diez, hubiese invalidado su elección. Con delicadeza, pero con mano firme trata algunos nombres en particular: “Lo siento si Zlatan Ibrahimovic es tu héroe y no ves su nombre aquí. En su propia opinión, él era una leyenda. No es así, un jugador talentoso cuyas fanfarronadas superaban su talento. Mis disculpas si crees que eso es una herejía”.

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Sigue enumerando figuras que no llegó a poner: “Lamento que Gianfranco Zola no esté en la lista. ¡Qué jugador y cuánta alegría le dio a tanta gente…! Lamento que Eden Hazard no esté allí. Lo mismo que Luis Suárez. El Suárez del Liverpool brindó momentos que hacían cantar el alma en su etapa en Anfield. Lo siento por Gabriel Batistuta, Michael Owen, Sergio Agüero, Bryan Robson, Ray Wilkins, John Barnes y Chris Waddle, quienes no llegaron a mi top 100, y a quienes me encantó ver y con quienes tuve la suerte de hablar, los sigo idolatrando”.

No se arrepiente por el lugar en que ubicó a Cristiano Ronaldo: “Por cierto, no voy a pedir disculpas porque Cristiano Ronaldo esté en el número 10. No veo que eso sea ni remotamente controvertido. Ronaldo es el segundo mejor jugador de su generación. Creo que la mayoría de los aficionados al fútbol lo aceptan. Y el fútbol se compone de muchas generaciones. Además, Ronaldo nunca hizo que mi alma se alegrara como lo hizo Lionel Messi. Una vez más, muchos no estarán de acuerdo”.

Por último, el colega explica por qué puso a Messi en lo alto del podio: “Mi hijo no es muy fanático del fútbol, pero lo llevé a Barcelona exclusivamente para que viera en persona jugar a Messi. Fue un clásico ante el Español, ganaron y marcó gol. Al día siguiente el titular del diario fue “El Messias”. Y eso fue para el fútbol, el Mesías, el que estábamos esperando. Llevar a Argentina a ganar la Copa del Mundo en 2022 borró la última duda sobre su afirmación de ser el mejor jugador de todos los tiempos. Su historial goleador es fenomenal y su apreciación del tiempo y el espacio es de otro mundo. Contagia alegría cada vez que juega. El último recuerdo que atesoraré de él jugando en vivo es verlo darle la vuelta a Josko Gvardiol en la semifinal de la Copa del Mundo contra Croacia. Fue solo uno de muchos momentos de genialidad”.

Y es imperdible su acotación sobre Pelé: “No hice cola para pasar junto al ataúd de la reina cuando ella murió, pero sí hice cola para pasar junto al ataúd del Rey. En términos futbolísticos, eso era y será siempre Pelé. Cuando murió a finales de 2022 fui a Santos, en Brasil, para unirme a los dolientes en su funeral y las horas que pasé en la cola con cientos de miles de brasileños, jóvenes y mayores, fueron un recordatorio de la alegría que había contagiado a través del fútbol. Era la personificación del Hermoso Juego”.

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Y de Diego: “Autor del mayor gol individual de todos los tiempos en un Mundial, un gigante, un ángel rebelde cuya habilidad dejaba sin aliento. Hubo momentos en los que parecía que todo un equipo no podía contenerlo”. (D)