Con todos los estilos se gana, con todos los jugadores no. Y todos los estilos son válidos dentro del reglamento. Sin trampas, un técnico puede parapetarse con once efectivos en torno a su arco si le parece adecuado para obtener un resultado. Debe respetarse. De ahí a vanagloriarse de esa táctica es otra canción. No todos son Pep Guardiola, que domina y ataca los noventa minutos buscando el triunfo de ese modo, agradando e intentando conseguir el objetivo con la mayor cantidad de goles posible. Pero el éxito tiene rostros diversos. Otros técnicos han conseguido proezas con métodos menos espectaculares. En estas horas hay dos ejemplos notables de ello.