Ya pasaron doce partidos de Copa América y treinta de Eurocopa. Ambas empiezan a arrojar conclusiones. La primera es que los juegos europeos muestran mayor intensidad física. Y allá hay más emoción por la vuelta de los aficionados, un condimento esencial en el fútbol. En algunos casos con 30% de público autorizado, en otros como Hungría y Dinamarca, con los estadios casi a tope.