¡El partido de la Copa América…! Que fue todo: dramatismo, guerra, juego, cielo, infierno, suerte, frustración, euforia, emoción, decepción, esperanza, despedida, guion… Toda una película. Ecuador regresa una vez más a casa antes de lo soñado en esta competición que le es tan adversa. Eso sí, con honores, con palmadas y loas, con un horizonte luminoso después de haber dejado la sangre sobre el césped del NGR Stadium. La suerte, que lo mimó frente a México, le dio vuelta a la cara ante Argentina. Una Argentina que avanza a semifinales sin brillo, quizás sin merecerlo, titubeante de juego; aunque con un arquero monstruoso, gigantesco como Dibu Martínez, cuya mente podría competir mano a mano con la de Nadal o la de Djokovic. Él se puso otra vez la capa en la tanda de penales, voló a izquierda, a derecha y es el responsable fundamental de llevar a la Albiceleste a las semifinales. Salvó a Messi, a todos. Uno a uno en el juego, 4-2 en los penales.