El irlandés Sam Bennett (Deceuninck-Quick Step) cumplió el pronóstico en una jornada señalada para el esprint con doblete al final de la quinta etapa de la París-Niza, disputada con un recorrido de 200,2 kilómetros entre Vienne y Bollène, jornada en la que Primoz Roglic mantuvo el maillot amarillo pese a sufrir una caída.