Un salón lleno y una ovación de pie recibió Raphael al salir al escenario en el Centro de Convenciones de Guayaquil, la noche de este jueves.

Un juego de luces envolvió al cantante que lució su infaltable traje negro que lo caracteriza desde sus inicios.

Fue una noche mágica en la que varias generaciones reunidas en un mismo lugar disfrutaron de sus nuevas canciones y de las que han marcado los casi sesenta años de carrera de Raphael.

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Seis músicos acompañaron al ‘Divo de Linares’, como también se le conoce, en el único concierto que dio en Ecuador dentro de su gira internacional ‘Loco por cantar’.

La velada empezó con Infinitos bailes del álbum del mismo nombre, seguida de Aunque a veces duela e Igual (Loco por cantar), de su más reciente producción.

“A lo que habéis venido” dijo el cantante para dar paso a sus éxitos. La fuerza de su voz, casi intacta a los 75 años de edad, despertó emociones de sus fans que desde diferentes ubicaciones le pedían sus canciones preferidas.

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Mi gran noche, Digan lo que digan, Provocación, Yo sigo siendo aquel, Maravilloso corazón, En carne viva, Estar enamorado y otras, fueron coreadas con entusiasmo en medio de prolongados aplausos.

El cantante, que considera a América Latina como su segunda casa, hizo un guiño a su música con canciones como Adoro, Gracias a la vida, Me cansé de rogarle, El gavilán. Un homenaje a Argentina llegó con el tango Volver, que el cantante español interpretó a dúo con la grabación original de Gardel.

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Raphael se despedía de sus fans con una de sus canciones más populares, Que sabe nadie. Pero, nuevamente aclamado y al pedido de “otra”, el artista regresó al escenario para responder al cariño de los guayaquileños con Yo soy aquel y Como yo te amo. Aun así sus seguidores no abandonaron los asientos inmediatamente, con la esperanza de verlo salir una vez más.

Finalizaban así un poco más de dos horas de concierto y 32 canciones disfrutadas por el público que proclamó el éxito de la presentación. (E)