El requinto de oro de América. Así fue conocido el requintista quiteño Guillermo Rodríguez, quien murió este miércoles, a los 97 años. Su familia también lo describe como el mejor padre y abuelo, un hombre generoso, etc. Sus colegas como "la escuela quiteña de la guitarra" o como un "baluarte de la música".

Según Daniel Viteri, nieto de Rodríguez, la causa del fallecimiento fue "natural por su avanzada edad". Padecía de diabetes, desde los 75 años, y también tenías problemas en el corazón y sus riñones.

"Como padre, como abuelo fue una persona muy alegre, muy anecdótico, muy amable, generoso ante todo. Él siempre dio prioridad al bienestar de la familia, siempre estuvo pendiente de nosotros", dijo Viteri, de 36 años, que vivía junto con Rodríguez en el barrio Carcelén, en el norte de Quito.

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"Mi papi fue el mejor padre, jugábamos hasta en el piso, nos dio una vida extremadamente hermosa, muy cariñoso, un ser muy humilde, que nos deja un legado de humildad, de amor... Estuvo en todas las facetas nuestras de todas las edades...", afirmó una de sus hijas, Consuelo Rodríguez, quien agregó que ayer junto con su hermana Mónica alcanzaron a despedirse y recibieron la bendición de su progenitor.

Consuelo, quien es la novena hija de Rodríguez, contó que su padre hizo canciones para ella y para cada uno de sus hermanos, para la esposa y los nietos, incluso para él mismo a la que tituló Don Guillo. Mi consuelo y Consuelito fueron los temas dedicados para Consuelo.

"La escuela quiteña de la guitarra"

"Guillermo Rodríguez es la escuela quiteña de la guitarra y por qué no decirlo también del Ecuador. Es un quiteño que nació en los años 20 en un barrio tan tradicional de la ciudad de Quito como lo es San Roque", dijo el músico riobambeño Paco Godoy, de 48 años, que lo conoció en la década de los 80, durante una visita a radio Quito, en ese entonces Godoy tenía 13 años.

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Según el riobambeño, Rodríguez desde muy joven formó varios grupos, tríos, ensambles, guitarras con compositores como César Vaquero, Gonzalo Moncayo. Después se juntó con los hermanos Carlos y Rafael Jervis y formaron el trío Los Embajadores. "Cuando formaron Los Embajadores era con guitarras y voces, y se fueron para Colombia, a México (en cada uno de esos países grabaron con sellos artísticos). A mediados del siglo XX, en los años 50 de alternar con Los Panchos, Pedro Infante, Jorge Negrete", relató Godoy.

Además de la fama con Los Embajadores, de acuerdo con Godoy, es en México en donde Rodríguez conoció el requinto. "Tenemos esos testimonios hermosos de que él fue la primera persona que trajo al Ecuador el requinto, que hoy es tan popular en América entera y en el mundo...", contó el pianista, que agregó que Rodríguez también integró el conjunto Los Barrieros, en 1940, y estuvo conformado por dos trompetistas, Rodrigo Barreno y Gonzalo Carrasco, y la guitarra de Rodríguez.

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Rodríguez también fue acompañante en la música La reina del pasillo, Carlota Jaramillo, además realizó giras y grabaciones con el dúo Gonzalo Benítez y Luis Alberto Valencia. En Colombia grabó con Julio Jaramillo.

En 1993, a través de una invitación de la radio Wado de Nueva York, que conjuntamente con el Comité Cívico Ecuatoriano realizaron el Festival Internacional del Pasillo, viajaron a este espectáculo varios artistas, entre ellos Godoy y Rodríguez.

"Un baluarte de la música"

"Yo tuve la oportunidad de trabajar con él y de conocerlo entre el año 69 y 70. Lo conocí en un sitio que se llamaba La cueva del oso en Quito, era un sitio de reunión de todos los artistas nacionales y también de todos los que llegaban de afuera...", indicó el cantante ambateño Germán de la Fuente.

De la Fuente comentó que conoció a Rodríguez a través del locutor Eduardo Mosquera (radios Quito, Cristal, Gran Colombia). "Eduardo fue mi representante cuando yo me iniciaba en la televisión en Guayaquil y Eduardo fue compadre de Julio Jaramillo, a través de Eduardo y conocí a toda la gente de aquella época", dijo.

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Para el ambateño "Guillermo Rodríguez es un baluarte de la música naturalmente, una persona que deja un vacío muy grande en las personas que amamos la música. El legado de él es muy grande, el catálogo musical, sus viajes. Fue muy conocido en México, en Puerto Rico, en República Dominicana, en Costa Rica, no fue, es un grande", aseguró.

"Guillermo como requintista en América Latina fue reconocido como uno de los mejores requintos en su época, fue maravilloso, fue un gran compositor porque Guillermo tenía unas composiciones maravillosas, una ejecución de la guitarra extremadamente grande... Fue un ser humano sobre todo maravilloso, nunca fue un hombre egoísta, no fue un hombre envidioso...", agregó De la Fuente.

El sepelio se realizará este jueves, a las 10:00, en el cementerio de El Batán (norte de Quito), en el Pabellón para los artistas de Sayce. (I)