Carlos Páez, el personaje que Felipe González Otaño interpreta en La Sociedad de la Nieve, cumplirá 71 años a finales de octubre y tiene dos hijos, María Elena y Carlos.

Su historia de vida solo pudo escribirse gracias a que fuera rescatado milagrosamente junto con otros pasajeros del vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, el cual se estrelló en la Cordillera de los Andes en 1972.

‘Carlitos’, como lo llaman sus amigos cercanos, tenía solo 18 años al momento del accidente, el más joven de la tripulación.

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“Me acerqué al personaje leyendo sus libros para conocer el trasfondo de quién era Carlos antes de llegar a esa montaña”, recuerda el actor argentino, quien también tuvo el placer de conocer al sobreviviente en la vida real. “Tuvimos un asado con todos los que fueron rescatados y percibí cómo lo veían los demás a él, quién era Carlos para ellos”.

De inmediato, Felipe notó algo que se volvería parte fundamental de su personaje, su voz particular.

“Nos pidieron que nos aprendamos cinco minutos de una charla de los sobrevivientes y, al escuchar tantas veces esos cinco minutos de Carlitos, empecé a incorporar su sonoridad y sentí que ese era el punto de partida del personaje, al director (J. A. Bayona) le gustó, también a nuestra directora de casting y ese fue el camino de arranque, comenzó a formarse el personaje”, comentó el actor argentino para este Diario, previo a su llegada para el conversatorio que realizarán en la Cámara de Comercio de Quito este domingo 4 de agosto, desde las 18:00.

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En su memoria, la escena de la avalancha fue una de las más difíciles de filmar. Como en la ficción, dice Felipe, fue duro ver también al grupo de actores separarse en la vida real.

“Eran tomas emocionalmente difíciles, técnicamente difíciles y en unas condiciones muy duras. Estuvimos una semana y media, más o menos, filmando en el avión, acostados, arriba de un bloque de hielo y yo estuve además con fiebre de 39 grados mientras filmábamos las muertes de ocho compañeros”, recuerda. “Pero no solo era duro de rodar esas muertes, sino que también significaba que ellos volvían a Buenos Aires y el grupo en el que éramos 27 pasaba a ser 19 y ya a esa altura del rodaje éramos familia (...) Fue durísimo desde lo emocional para los personajes y para nosotros, como actores”.

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Tras el exitoso estreno de la cinta en Netflix, ahora Felipe ha debido acostumbrarse a que le pidan fotos en la calle, pero especialmente al cariño de sus nuevos seguidores.

Además, le dejó nuevos contactos. “Estoy muy contento de haber conocido a Carlos y ahora de poder contarlo entre mis amigos. He aprendido de él sobre cómo a veces, por más que todo esté mal, es importante reírse y encontrar lo lindo de la vida. Eso es lo que hay que festejar, el estar vivos, porque incluso de las desgracias se sacan cosas buenas y son vivencias. Carlos es un personaje increíble como persona y el haber tenido la oportunidad de conocerlo en esta profundidad para mí es muy lindo”.

Como los próximos pasos en su carrera actoral. Felipe desea seguir experimentando en géneros y roles distintos que le permitan desafiarse. “Me gusta tener escenas que me incomoden”.