Qué pesar me dan las personas que han decidido vivir en 6 kilómetros lineales, en Samborondón o dentro de su urbanización, en vía a la Costa o en su misma cuadra, en La Garzota, Alborada o dónde fuere. Estar confinado es llevar una vida horrible. Y vivir con miedo, más.

Un viejo amigo colombiano hacía la analogía con el Medellín y la Bogotá antes de Uribe. Decía que si el colombiano hubiera actuado como lo estamos haciendo los guayaquileños, el país hubiera quebrado, pues vivió más de 20 años en una zozobra que nosotros aún no imaginamos. Según él, con experiencia en estos temas, el terror les está ganando a los guayaquileños madera de guerrero.

Así, fiel a la tradición, decidí que era temporada de huecas. Más aún con la guía proporcionada por Raíces. Decidí ir al Cangrejal Mayrita, ubicado en un lindo barrio del Guayaquil de antaño, en la esquina de José Mascote y Alejo Lascano.

Fue una gran decisión. Dos personas comimos ad libitum (a gusto), con cerveza incluida, por menos de $ 15 cada uno. Muy bien atendidos, con varios platos exquisitos. Este restaurante recibió la estrella de bronce en la última edición de la feria. Recomiendo que lo prueben.

Por supuesto, el primer plato pedido fue el premiado en la feria, el caldo de bola de cangrejo. La historia de este plato, resumida por Wikipedia, nos dice que “es un plato completamente mestizo al que se le han agregado ingredientes de origen americano, como la yuca y el choclo, y otros traídos de Europa y Asia, como las pasas o el plátano. Un ingrediente infaltable es el maní. El caldo de bola nace de la servidumbre contratada por gente rica, que hacían unas bolitas de verde con maní y con los huesitos de res que botaban las élites”.

El de Mayrita es relleno de cangrejo y su caldo tiene una cantidad importante de gordura y de carne de cangrejo, más condimentado que el promedio, pero sorprendiendo por el balance de las especias usadas. Asimismo, el balance entre el maní, la yuca y el plátano es excelente. Esta sopa podría ser un manjar exótico para cualquier visitante extranjero.

Los cangrejos, al natural, los preparan excepcionalmente. Se deshacen, tiernos, jugosos y carnosos. Preparados en un abundante caldo con ajo, laurel y mil especias más y conociendo el punto exacto en el cual parar el fuego para servirlos.

Su volcán de cangrejo está bien, sin impresionar. Mayrita tiene, además de una amplia gama de preparaciones de cangrejo, una excelente carta, bien pensada. Muchos cebiches, chupes, excelentes leches de tigre y pantera, con concha negra en su jugo, arroces, conchas y un tacu tacu marinero. Una de las buenas huecas de Guayaquil.

Una falla de nuestras huecas, incluso en las mejores, como Mayrita, así como de Raíces, que tanto ha aportado, es el ningún trabajo realizado en el emplate. Nuestros platos siguen siendo exquisitos, pero visualmente incómodos, sin ningún atractivo. Hay que olerlos y saborearlos para enamorarse, porque viéndolos servidos en el plato no motivan. (O)