Hace siete años, en la misma casa donde Antonio Neumane compuso el himno nacional, un grupo de profesionales hacen de las artes escénicas una posibilidad. Las protestas del país, la inseguridad de Guayaquil, la pandemia y todos los aconteceres de la actualidad, no han logrado desvanecer la tenacidad que caracteriza al Estudio Paulsen, en el barrio Las Peñas.

El pasado 17 de mayo celebraron su aniversario número siete, en el que además conmemoran a su sexta promoción de graduados del programa de formación actoral. “Ha significado un reto, es un barrio turístico, y mantenernos al pie del cañón fue un poco más difícil a partir de la pandemia, eso fue nuevo inicio. Nos ha tocado vivir el día a día, nos ha tocado ir de a poco reinventándonos, nos ha tocado lucharla”, comenta Marlon Pantaleón, director ejecutivo.

“Al mismo tiempo manteniendo el objetivo, la visión, la misión y el espíritu del cual y por el cual fue creado en primera instancia el Estudio Paulsen, junto con la Fundación Albert Paulsen”, añade.

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Marlon Pantaleón, director ejecutivo del Estudio Paulsen. Foto: Alexandra Casulo

Los artistas que se reciben en el Estudio se gradúan bajo la técnica Meisner, desarrollada por el actor y maestro de actuación Sanford Meisner. “Es la enseñanza de una técnica nueva, contemporánea, artística, en Guayaquil, en el Ecuador, y con miras a expandirnos internacionalmente como un centro de formación artística internacional”, afirma Pantaleón.

Carlos Icaza, presidente del espacio cultural, se refiere a esta técnica actoral como una ventana que se conecta con la esencia humana. “La técnica Meisner integra muchos aspectos de los valores humanos en las comunicaciones, que son tremendamente importantes y vitales en el desarrollo de la sociedad actual”, explica.

Para el próximo ciclo que arranca en agosto, se tiene la intención de aumentar una clase más sobre “Actuación frente a cámara”, que será impartida por Javier Andrade. “Eso potencia la oferta formativa, artística de nuestros alumnos”, dice Pantaleón.

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Agenda 2024

La actriz ecuatoriana Giovanna Andrade. Foto Jorge Itúrburu.

Para este año tienen preparada una agenda que fusiona la puesta en escena con talleres y cursos abiertos al público. En mayo llevan a cabo un taller de casting internacional con María Fernanda Martínez, de Brasil. “En este taller vamos a tomar como punto de partida el texto, haciendo un estudio de la escena y comprendiendo el momento del personaje”, explican en un comunicado.

El 5 junio abrirán un intensivo de dominio escénico, denominado “El escenario es tuyo”. Este curso de cinco semanas tiene como objetivo hacer que el participante adquiera confianza, dominio y desenvolvimiento escénico a través de la técnica Meisner.

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En octubre ofrecerán un taller Meisner de 15 horas, que busca enseñar los principios básicos de esta metodología actoral.

En cuanto a propuesta teatral, a partir del 6 de junio presentarán una obra con Giovanna Andrade, como una de sus protagonistas. Se trata de Esperanza, una obra que regresa a los escenarios del Estudio, bajo la dirección de David Pérez. La obra presenta a una madre soltera que enfrenta la tragedia íntima de su hijo adicto, interpretado por Christopher Solórzano.

Mientras que el 13 junio llevarán a la Tercera Sala del Teatro Sánchez Aguilar Platero y nosotros, una adaptación de Lucho Mueckay e Icaza, basada en la versión de Juan Ramón Jiménez. Esta alianza nació luego que Ramón Barranco, director artístico del teatro, y María Cecilia Sánchez, presidenta, vieran la obra cuando se presentó en el Estudio. “Se quedaron fascinados con la obra y nos invitaron para hacer una coproducción. Esto va a ser el debut del Estudio Paulsen como grupo en el escenario de Samborondón, en el Sánchez”, narra Icaza.

Finalmente, para octubre tienen planeado presentar Otelo, dirigida por Ignasi Vidal. Este clásico de William Shakespeare presentará a Pantaleón como Otelo y Alejandro Fajardo como Yago.

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Y en estos momentos presentan la obra teatral Después de mamá, protagonizada por Ricardo Velástegui, David Castro y Sebastián Perdomo, y dirigida por Sebastián Sánchez.

Esta obra pone en escena una situación bastante tensa entre tres hermanos que, mientras esperan la lectura del testamento en la vieja casa de su difunta madre, dejan ver su verdadera cara. (I)