No tiene hijos, pero ella es una experta todóloga y en el Día de las Madres no puede faltar una de sus charlas magistrales. La profesora Normalixta retorna a las tablas, después de lo que denomina “un año sabático y cinco feriados obligatorios”, con la ocasión de homenajear a las jefas del hogar.
La famosa docente del teatro guayaquileño alista su monólogo de amor titulado “Madre solo hay una... ¡y me tocó a mí!" que presentará por primera vez en el Estudio Paulsen (Las Peñas), en tres funciones únicas, este jueves 8, viernes 9 y sábado 10 de mayo.
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Normalixta quiere educar al público, en clave de humor, sobre cómo eran las madres antes, cómo ha cambiado la manera en que se acercan a los hijos y viceversa. Sobre las madres que son casadas y las que son solteras. Empieza recordándoles el proceso de cómo vienen los niños al mundo.
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“¡Hay gente que ya tiene como 50 o 60 años y sigue creyendo que que es la cigüeña la que trae los niños!“, expresa enfática. Para llegarles mejor a ese tipo de personas, Normalixta les ha preparado un cuento para explicarles sobre la fertilidad, con el cual suaviza el conocimiento técnico o muy académico.
La maestra además se enfocará en la historia de los castigos, comparando los de antes con los de ahora y, cómo se debería corregir realmente a un niño.
Y a propósito de la ocasión especial, Normalixta les recuerda que le desagrada el consumismo de la fecha, aún más que sea el único día del año para visitar o dar cariño a las madres, abuelas, suegras, cuando el día la madre debe ser de todos los días. Y mucho más le molesta que de todos los regalos se escoja la serenata en los barrios.
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“Ese es el día en que menos duermo, porque hasta las 5 de la mañana hay serenatas. Ni la pandemia los los ha detenido. Y lo peor es que no dejan cantar al mariachi, sino que se ponen a cantar ellos (los hijos)”, observa la catedrática.
Para Lucho Mueckay, creador y actor detrás de Normalixta, la madre no solamente es madre, sino también es hermana, es amiga, es confidente. “Yo le agradezco a mi mamá el humor. Vengo de una familia que es muy lúdica, de mucho juego. Mi papá tenía un humor seco y severo. Nos hacía reír pero era muy estricto. Pero mi mamá, porque era campesina, el humor lo traía a flor de piel”, recuerda el artista y profesor de cuerpo escénico.
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“Organizaba el día con mucho humor a pesar de que yo la veía cuando lloraba, cuando sus hijos se iban. Era muy estricta también porque era manaba, nos corregía a punta de sandalia, pero era muy amorosa y cada vez que podía hacía risa de todo”.
Que haya hecho de la comedia su profesión se lo debe a su madre, asegura Mueckay. “La risa es una de las características más evolucionadas del ser humano. Es el único que puede reír y luego reflexionar a través del humor. Yo aprendí de ella esta posibilidad”.
El histrión compartió en un hogar con cinco hermanas y de la mayor, que era profesora de colegio, se inspiró para hacer Normalixta hace un poco más de 30 años. De hecho, ilustra, el primer traje de este personaje se lo cedió justamente su hermana mayor. Otra inspiración fue otra profesora que le tocó a él. Como Normalixta, era también soltera, y en la escuela daba las clases con mucho humor.
“Nosotros no éramos los alumnos de ese grado, pero íbamos y nos metíamos en su clase, que era de aritmética y gramática, porque las maestras antes eran normalistas y daban de todo. Nos gustaba cómo daba la clase y cómo nos hacía reír. Con ella aprendíamos. Desde entonces aprendí que el humor es una llave que abre muchas puertas”.
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Por eso, dice Normalixta, los espera en sus presentaciones bien acompañados con sus representantes. “Que los hijos lleven a la madre, si no les alcanza para regalarles el viaje a las Bahamas, llevenla al teatro, que se van a divertir igual. Y si ya le compraron la lavadora, pues ahora vayan a ver humor, que es un muy buen regalo para las representantes”. (E)