A Martín Galarza, su público lo conoce extrovertido, de carácter fuerte. La tarde de su boda religiosa con Gissela Flores, AU-D como lo conocen mayormente sus seguidores en el país, mostró su lado más sensible. Trató de respirar entre voto y voto, para que la emoción no le ganara y las lágrimas salieran. “Prometí no llorar”, decía. Pero tener frente a él, a la mujer con la que ha formado su hogar y detrás de él a sus padres, hija y demás familiares, lo hacían abrir su corazón de forma inesperada.