Las queremos vivas. Así se titula la novela más reciente de la escritora guayaquileña Margarita Dager-Uscocovich, que está radicada hace 22 años en Estados Unidos. Los personajes de la novela son ficticios, así como la historia, pero tiene una realidad social.

Para escribir esta obra se inspiró en una charla comunitaria, en la cual se abordó el tráfico de personas en la ciudad en donde reside, Charlotte, Carolina del Norte. “Normalmente aquí los museos o las entidades sin fines de lucro o la policía hacen tipos de charlas comunitarias para prevención de crímenes, entonces me pareció muy interesante porque a pesar de que yo conozco del tema se abrieron otro espectro y otras opciones, es un abanico completo lo que es este negocio ilícito del tráfico de personas”, explica la autora de poemas, relatos cortos y microrrelatos, que forman parte de antologías, que han sido publicadas en España, México, Argentina, Uruguay y Estados Unidos.

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La guayaquileña, que ha participado en eventos literarios y culturales como Arte Latino Now y El Festival del Quijote, comenta que no tenía planeado escribir, hace muy poco también había presentado una novela en Ecuador, sin embargo tuvo la oportunidad de conocer de más cerca del tema de tráfico de personas y comenzó a indagar mucho más, a pedir asistencia para que este libro tenga bases y argumentos.

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“La trama de mi novela, a pesar de que es ficción, quise ahondar en el tráfico sexual, en la mayoría de las mujeres o de la sociedad en sí piensan que es solo prostitución, en realidad el tráfico de personas nos lleva al tráfico sexual, a la esclavitud laboral, al tráfico de órganos y así sucesivamente, y no solamente son las mujeres, sino que son niños y también hombres”, sostiene la autora, que también se destaca como articulista, ha escrito sobre el conflicto en Ucrania y la situación política en Venezuela, que han sido publicados en Mundo Latino Newspaper de Charlotte.

En ese sentido, indica que junto con la editorial adaptaron a Las queremos vivas porque se basó en una historia de violencia de género y algunas historias también de femicidio, de cómo se manejan los temas en Latinoamérica, pero en este caso fue en los de Ecuador, con el caso de Martha y Diana, que sucedió en el 2019.

Hace tres años en Ecuador causó repudio, de entre otros casos, la violación brutal a Martha (nombre protegido) por parte de tres hombres en Quito, y el feminicidio a Diana R., una joven de 22 años que estaba embarazada, en Ibarra.

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Diana Carolina, asesinada en Ibarra, había reportado la violencia de su pareja

“Teniendo todos esos componentes, quise no solo en la novela hablar lo que es el tráfico de personas, sino hablar de los engranajes que tiene el tráfico sexual, cómo nosotros a nivel global vemos la violencia de género, qué sucede, cómo actúa la policía”, señala.

De acuerdo con Dager-Uscocovich, la novela tiene diferentes componentes, que a pesar de que es dura, la hace muy vívida al mismo tiempo educativa para la persona que la va a leer. “Nosotros tratamos de evitar el tema, de ponerlo debajo de la alfombra, de mirar hacia un lado y de no querer enterarnos o pensar que a nosotros nunca nos puede pasar”, explica la escritora, que lleva escribiendo desde hace siete años, su primera novela corta fue No es tiempo de morir, que ha recibido cuatro galardones.

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Portada del libro 'Las queremos vivas' de autoría de Margarita Dager-Uscocovich. Foto: Cortesía

Detrás de todo el trabajo que realizó para escribir el libro, dice que no fue el tiempo, al ser independiente no se debe a un editorial, sin embargo, el reto fue asimilar y ponerse en los zapatos de cada una de las personas que la ayudaron con historias con propias y ajenas. “Cuando se escribe una novela como esta es una carga emocional porque sabes que al otro lado de tu persona, de tu casa, de tu ámbito seguro, existen muchísimas otras cosas que no te lo puedes ni imaginar, porque incluso las personas que pasan por tráfico sexual son expuestas también a violencia, a hambruna, a asesinatos, a mutilaciones, a violencia psicológica, a tráfico de drogas, a consumo, entonces sí, esa fue la parte más difícil ponerte en los zapatos de cada una de las personas que estaban viviendo la historia de ese tipo y que te la estaban contando”, reitera.

La escritora atribuye a la falta de educación, de conocimiento, de interés a nivel global para prevenir o evitar que sucedan casos de violencia de género y más delitos en los que están relacionados los derechos humanos.

Las queremos vivas fue presentado en el canal digital de Mi libro Hispano Miami y está a la venta en Amazon Books. Dice que con esta obra busca dar a conocer que los ecuatorianos que están fuera del país se mantienen fiel a su literatura y al español. “Hay ecuatorianos que exaltamos nuestra literatura en castellano, que somos fieles a nuestra literatura en español y que producimos obras que son premiadas y son galardonadas en Estados Unidos. Buscamos con esto que en Ecuador, que es nuestro propio país se nos abran las oportunidades para que nuestros libros también lleguen”, refiere.

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Su sello es trabajar con la ficción, en la cual la figura principal sean los problemas sociales “atañen a todos”. “Escribir también es una parte de enseñarle a alguien una realidad que no se quiere ver y con esto nos educamos de alguna u otra forma”, asegura.

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Actualmente está escribiendo su tercera novela, cuya trama se desarrolla en Japón, pero también contendrá tintes latinoamericanos.

Entre sus obras están Muerte en el castillo del Morón, La tía Carmela y los helados de paila y Bajo el árbol de acacia, las mismas que forman parte de las antologías Microrrelatos de suspenso y terror e Historias que cuentan y Mortuoria.

La guayaquileña conformó el grupo de los 25 miembros de la organización Mi Libro Hispano, en la cual se destacaron en el International Latin Book Awards (ILBA) 2022. Ella recibió una mención honorífica por sus trabajos.

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En 2019 y 2020 su novela No es tiempo de morir, que presentó en la Feria Internacional del Libro de Guayaquil, obtuvo menciones honoríficas y el mismo premio NTBF, que para una autora emergente es un logro.

Fue jurado de autores de noticias de los Premios Internacionales José Martí Awards, además invitada como jueza por Soy Latino Como Tú, para impulsar la narrativa y el cuento en español. Por parte del Comité de Fiestas Patrias y Tradiciones de Charlotte (capítulo Ecuador) fue reconocida como uno de los íconos de la literatura ecuatoriana en Carolina del Norte.

También colaboró como columnista en la revista La Nota-Latina.com, Revista Latina de Nc. Actualmente es articulista de opinión y corresponsal del periódico La Nación Ecuador.

Sobre los reconocimientos que ha recibido, dice que a veces es muy reticente a conjugar el trabajo literario a través de premios, sin embargo, los premios incentivan, ayudan a que produzca mucho más y mejor, y que de una forma u otra ayuda a no dejar de escribir, porque a veces el escritor es una persona solitaria, que está en un mundo de muchas ideas, pero también es “una persona que en ciertas ocasiones es inseguro por la misma vez de que somos lectores ávidos y nos sentimos muy apabullados por muchas cosas...”. (I)