Entre los años 2005 y 2011 apareció en Buenos Aires, Argentina, junto con el famoso predicador Dante Gebel durante el evento denominado ‘Superclásico de la Juventud’, delante de casi cien mil jóvenes. Ese fue el momento en que por primera vez Montaner reconoció públicamente su conversión al cristianismo evangélico.

El cantante en la Catedral de Cristal, Argentina. Foto: Youtube / Franco Sainz

“Para mí, este es un día de fiesta, así como todos los días cuando me levanto y reconozco en mi vida la existencia de Jesucristo. Invito a los jóvenes a seguir a Cristo, a seguir el camino del evangelio y los valores y principios cristianos”, dijo en el estadio en el que se presentó. “La fe en Dios es nuestra coincidencia principal, la segunda es el convencimiento de que estamos unidos para toda la vida y la tercera es que trabajamos en el mismo giro”, agregó públicamente.

En una entrevista, el conocido cantautor habló de su encuentro con Dios. La historia se inicia en la época en la que su carrera estaba catapultándose al éxito y el éxtasis de la fama era pan de cada día. Sin embargo, Montaner declara que sentía un vacío en su interior que le producía un gran desasosiego.

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El venezolano lo sintió como un “jalón de orejas” y fue cuando empezó a comprometerse con la niñez del continente a través de varias campañas y donaciones, dando un gran paso hasta encontrar a Dios y, como él lo dice, “recibir a Cristo como mi salvador”.

El momento específico se remonta a una visita al Hospital Pereira Rossell en la ciudad de Montevideo; en dicho lugar conoció a un niño enfermo de meningitis que se encontraba desahuciado, pero que asegura fue ‘sanado por Dios’, influyendo tremendamente en su decisión al adentrarse al evangelismo.

A partir de esos momentos Ricardo Montaner ha lanzado canciones que aluden su amor por Dios y los sentimientos que le producen. En el 2014 estrenó un tema titulado Su luz, que fue parte de su discografía Agradecido, en la que compuso varias pistas que expresaban la gratitud a Dios y el poder de la fe, la esperanza y el amor. (E)