Por Leonardo Valencia | escritor

“Hasta la invención de la escritura ­–escribe Calasso en El Cazador Celeste­– era imposible fijar en forma de historia lo que sucedía”. El reto que se plantea este ensayista italiano, fallecido en julio de 2021, es rastrear historias y mitos que dan cuenta de algo más remoto que la misma escritura, como si su finísimo oído pudiera escuchar un fondo inexpugnable donde los hombres seguían rituales hoy perdidos aunque transformados.

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El paso del hombre de presa a predador, el sentido del sacrificio y su evolución hasta la liturgia del tiempo histórico, los desenlaces inesperados de la mitología, son los motivos esenciales que permiten trazar en un cielo cargado de historias antiguas la puntuación de una estrella tras otra que sigue conteniendo la figura de Orión, el verdadero cazador celeste de la antigua cosmogonía, así como también se exploran otras figuras de cazadores, como Procris y su triste historia que se desarrolla minuciosamente y que justificaría, por sí sola, la lectura completa del libro.

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Hay vastedad en los recorridos de Calasso. No está exento de rigor a pesar de la libertad del ensayo con ese manejo estricto en la vigilancia del estilo. Esta obra de su madurez es otra puerta de entrada a lo que a él consideraba un políptico de libros, esa acumulación de paneles que conforman las pinturas de la Edad Media y el Renacimiento, de la que forman parte sus otros libros emblemáticos como La ruina de Kasch, El rosa Tiépolo o Ka, y en el que se puede entrar por cualquiera de ellos, sin riesgo de pérdida.

Portada del libro 'El cazador celeste'.

En El Cazador Celeste se alude de manera central a las figuraciones de la caza no solo como el momento de matanza de un animal, sino en una dimensión representacional en la que se lee la violencia humana en sociedad y su trasmutación milenaria en distintas manifestaciones culturales de la crueldad esencial de los predadores, marca de su civilización.

En esa historia escurridiza y con grandes saltos entre siglos y hasta milenios, Calasso aborda también las últimas reflexiones de Platón corrigiendo sus ideas de la sociedad perfecta, revisa el sentido del sacrificio y una serie más de aristas de lo que se mantiene invisible en el turbio desarrollo de las comunidades. Lo invisible, lo no contado pero resonante, el sentido de la potencia humana, son motivos que culminan en este libro magistral que su autor siempre tuvo presente. (O)