Quienes compraron su boleto para ver a la cantante española Ana Torroja la noche del jueves 30 de marzo en el Hotel Hilton Colon sabían que Mar Rendón —la guayaquileña que obtuvo el tercer lugar en el reality mexicano La Academia—, abriría el concierto de la ex-Mecano. Lo que no sabían es durante el show, Mar regresaría al escenario para unir su voz a la de Ana Torroja y cantar su éxito Me cuesta tanto olvidarte.

Torroja invitó con amabilidad y admiración a la joven artista de regreso al escenario y contó a los asistentes que, durante los ensayos, Mar le reveló cómo este tema cambió su vida luego de que la guayaquileña lo interpretara en el concurso de canto internacional. Torroja coincidió y le respondió que años atrás esa misma canción también había definido su carrera.

Mar Rendón, telonera del concierto de Ana Torroja. Foto : Francisco Verni Foto: El Universo

“Qué belleza de voz y única, eso es importante”, felicitó Torroja a Rendón luego de su dúo que se cerró con un sentido abrazo y entre los aplausos de los asistentes.

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Más temprano, Mar había deleitado a la audiencia con tres temas de su autoría: Querida, Si no es de ti y Laura no está, como antesala a la aparición de Torroja sobre el escenario, quien comenzó su espectáculo cerca de las 21:00 con su tema El cine, seguido de Ay, qué pesado (qué pesado), que de inmediato levantó al público de sus asientos.

Vestida de un conjunto brillante rojo escarlata, Torroja expresó su felicidad por finalmente visitar la Perla del Pacífico: “No sabéis la emoción que siento esta noche porque después de varios años nos volvemos a encontrar. Tenía una deuda pendiente”, comentó. “Sé que es un día entre semana y que mañana hay que trabajar, pero tenemos toda la noche para nosotros y hacer un viaje por la banda sonora de de la vida de cada uno que está aquí. Déjense llevar... hasta donde sea permitido y ya me diréis al final de la noche si se sienten un poquito más felices de lo que entraron”.

Torroja comenzó su espectáculo con éxitos suaves como Ya no te quiero y A contratiempo, que combinó con sencillos más recientes como Corazones (2007) —grabado originalmente junto a Miguel Bosé— y Veinte Mariposas (2003), incluido en su álbum Frágil.

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A las 21:52, la cantante apareció sobre el escenario con un nuevo vestuario, esta vez uno negro brillante, para compartir con su público una versión casi acústica de Cruz de navajas. “A veces me apetece cambiarle el vestido a las canciones, darles una vuelta de tuerca”, reflexionó.

Pasadas las 22:00, la intérprete avanzó hacia quizás el set más movido de su show con Ya fue y Sonrisa; pero para Mujer contra mujer y Aire (coreada fuertemente por los asistentes), fue necesario volver a sentarse.

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Entonces, Ana se despidió de todos tras interpretar Un año más y, aunque las luces del escenario se apagaron, regresó para cantar —como el público esperaba— Hijo de la Luna, Duele el amor y Barco a Venus, cerrando su primera presentación en Ecuador con un vibrante espíritu festivo. Y por si Ana quiere saber la respuesta, esta periodista sí salió más feliz de lo que llegó.