Creció con la influencia de un padre catedrático en la música y hoy en día es uno de los exponentes más importantes de la salsa actual. Norberto Vélez forjó su propio camino en la industria con méritos propios y mucho esfuerzo. Aunque no empezó en la salsa, como muchos piensan, fue todo un viaje el descubrir su verdadera voz, y hoy nos cuenta cómo lo consiguió.

En una conversación con Diario EL UNIVERSO, Norberto abre su portafolio personal y profesional ante el público ecuatoriano que lo verá en concierto a las 20:00 de este sábado, 21 de octubre, en el Arena Park de Samborondón.

“Me crie escuchando música autóctona puertorriqueña; no fue la salsa; eso fue entrando poco a poco. A los 16 años tuve la oportunidad de entrar a una orquesta. Comencé como cantante de boleros y merengue. Poco a poco me fueron dando el paso para cantar salsa. Cuatro años después entré a la orquesta de Víctor Manuelle y me fui enamorando del género”, cuenta el artista.

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Desde el jueves 19 se encuentra en Ecuador. Llegó en un vuelo ligero de Puerto Rico a Guayaquil, ciudad que visita por segunda vez y que conoció en agosto del año pasado. En tan solo cinco días quedó maravillado, tanto así que decidió extender su estadía para pasar su cumpleaños en el país andino. “Me fui a Cuenca, comí rico, hice grandes amistades, recibí el cariño de gente que se convirtió hoy en día en mis grandes amigos acá”, comenta.

Su carrera despegó en el 2004, cuando se unió a Gerardo Rivas y juntos conformaron NG2, grupo musical de salsa que se mantuvo unido por 16 años. Norberto se considera entonces un veterano en la industria. “Básicamente llevo 20 años siendo una figura y no un corista”, afirma.

Este pasado 1 de octubre tuvo el cuarto aniversario de Sesiones desde la Loma, que es un evento masivo en Puerto Rico. “Tuvimos un día espectacular con música desde las 13:00 hasta las 22:00. Estamos trabajando en una próxima producción musical también. En este caso, es mi cuarta producción y será de boleros (para fin de año). Ya estoy trabajando también en la quinta producción de salsa, ¡ja, ja! (para mediados del 2024), y en proyectos en vivo (...). Hay demasiado trabajo”, sostiene el cantautor, que hoy se toma una noche libre para disfrutar con su audiencia.

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¿Cómo nacen las Sesiones desde la Loma?

Fue un hobby. Fue algo que yo quise hacer con Gabriel Ramos, que es el productor audiovisual de este proyecto. Yo le expliqué: “Vamos a traer a alguien, lo entrevistamos y yo me pongo a cantar con ellos”. Hice el primer programa, que no fue con un salsero; fue con un baladista. Tuvo buenos resultados, y dije: “Este proyecto tiene que seguir, no se puede quedar aquí”.

Acto seguido, mi primer artista internacional es Gilberto Santa Rosa; obviamente, le da credibilidad. He tenido la gracia divina de estar rodeado de ellos al pasar los años. Desde el 2000, cuando fui corista de Víctor Manuelle, me hice muy amigo de todos estos salseros que para ustedes son grandes estrellas, pero para mí son mis verdaderos amigos, mis colegas. Son gente que yo llamo por teléfono, me responden y es un sí.

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Luego de él, vino Víctor Manuelle en el cuarto episodio, y ya el resto es historia. Andy Montañez, Maelo Ruiz, Luisito Carrión, Johnny Rivera y los que faltan, con los que estamos trabajando.

¿Qué logros ha conseguido al contar con estas intervenciones en su programa?

Llegar aquí, llegar a cada rincón del mundo, a cada televisor, a cada persona fanática de este género. Esto comenzó como un hobby y hoy día soy reconocido mundialmente gracias a este programa, a la espontaneidad, a lo bonito que transmitimos en este progama, adonde hemos llevado no solo músicos, sino anécdotas. El logro mayor para mí es recibir el apluaso, el saludo y agradecimiento de la gente por poner en la luz pública a algunos salseros que a veces no se sabe dónde estaban o qué estaban haciendo.

¿Qué es lo bueno de reunir a diferentes generaciones de salseros en un mismo programa?

Tengo de artistas, por ejemplo, al Gran Combo, que es la institución número uno de nuestra tierra. Tuve a Servando & Florentino, que fue una generación de salseros de hace 20 años de Venezuela. He llevado salseros de Puerto Rico también que son la nueva ola, son sangre nueva. Tengo una encomienda que, además de representar el género, es poner a la luz pública exponentes nuevos que son los que van a seguir el camino de los cantantes, artistas o grupos que ya no van a seguir dentro de los próximos años.

¿Qué le recomendaría a los oyentes que recién están empezando a escuchar salsa?

Es un balance: hay que escuchar un poco de las raíces, los éxitos, pero también hay que darle paso y abrir sus horizontes a escuchar propuestas nuevas. Hay un nuevo resurgir en la juventud que escucha salsa, porque lo he visto no solamente en Puerto Rico, sino en otros lugares. Están entrando muchas féminas en el género también, y eso es superimportante.

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¿Qué canción de salsa le gusta a Norberto interpretar?

Uno de los temas que más me gusta cantar es Títere, de Gilberto Santa Rosa. Lo interpreté en el programa Desde la loma y lo hice mío. Hicimos una versión entre la original de Gilberto y la versión que me dio la gana a mí hacer ese día; nació esta versión que realmente es una de las que más disfruto cuando estoy en tarima cantando.

La salsa explora temas como la sensualidad, el romance y la infidelidad, al igual que otros géneros. ¿Qué la diferencia?

La forma en la que se expone o se presenta. La salsa tiene el erotismo; tenemos a David Pabón con canciones muy eróticas. Se hablan cosas que tienen que ver con erotismo, pero se llevan de una manera más pasable. Creo que la salsa está volviendo a retomar un sitial que por años estaba mermando. Creo que es un género que jamás en la vida va a desaparecer.

¿Cómo se describiría Norberto a nivel personal?

Un apasionado de lo que hace. Soy bien dedicado, muy responsable; me tomo muy en serio mi trabajo con la música, el hacer buen contenido y acciones buenas. Yo respeto y amo lo que hago. Aparte tengo mi lado divertido; en mi casa me dicen que soy medio payaso por mis chistes; siempre me gusta buscarle el lado jocoso a las cosas.