“Aquí viene un Michael legendario”, cantó el vocalista de Coldplay, Chris Martin, durante la presentación de su banda en el festival de Glastonbury, en Reino Unido, el sábado 29 de junio. Y se refería al actor estadounidense Michael J. Fox, que subía en una silla de ruedas, totalmente emocionado.

Lo presentó como a un ícono del rock, y para quienes lo recuerdan como Marty McFly en la saga Volver al futuro, no suena a exageración. En 1985, el joven McFly agarró su guitarra y dio su mejor interpretación de Johnny B. Goode, de Chuck Berry, con la cual terminó literalmente rompiendo con las convenciones.

Fox subió con su guitarra y se unió a la banda británica para cantar, tocar y bailar Humankind y Fix You. La multitud se conmovió al ver al actor de 63 años, que ha batallado contra la enfermedad de Parkinson desde muy joven, pues empezó a manifestar síntomas en 1990, durante el rodaje de Doc Hollywood. Fue diagnosticado al año siguiente. Tenía 29 años y sintió que su mundo “explotaba”, como dijo en el documental Stil.

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En el año 2000, Fox estableció The Michael J. Fox Foundation, y es el segundo mayor donante para la investigación de la enfermedad de Parkinson en los Estados Unidos después del Gobierno.

Su amor por la música no ha disminuido, y su actitud hacia la actuación tampoco; se mantiene activo como actor de voz. Ganador de cinco premios Emmy y cuatro Globos de Oro, lleva tres décadas sobreponiéndose al párkinson, utilizando recursos como una talamotomía y el fármaco Sinemet.

El artista, que ha aceptado públicamente que no llegará a cumplir 80 años, se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la enfermedad neurodegenerativa, para la cual no hay cura. (I)