Es una celebridad de personalidad sencilla, una cualidad difícil de encontrar en la mayoría de personajes mediáticos. No tiene poses. Si un seguidor se le acerca en busca de una foto, la sonrisa es su respuesta inmediata. El comediante venezolano Marko Pérez ha convertido las plataformas digitales en su espacio de trabajo principal. Comparte a diario sketches cómicos, parodias y, en medio de cada posteo que se viraliza en redes sociales en distintos países, también hace espacio para la ayuda social.

Su conexión con las audiencias es innata; no se queda únicamente en la virtualidad. Ese recorrido que comenzó de forma orgánica lo ha convertido en una figura destacada (fue ganador del Emmy en el 2018 por el documental El poder de un post) y poco a poco se ha ido ganando el cariño de sus seguidores (suma más de 10 millones en sus dos cuentas en Instagram y 9,6 millones en TikTok).

Agradecido con los ecuatorianos por el apoyo que le han dado a su contenido, este fin de semana Marko retorna al país para presentar la producción Sin sugar no hay paraíso, una propuesta cómica en la que pone en escena a “la bendecida”, aquella mujer que consigue un mejor nivel de vida a través de un hombre con mejor posición económica con quien mantiene una relación.

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Antes de su visita a Guayaquil, donde tiene previsto actuar este domingo, 17 de julio, en el Centro de Convenciones (19:00), este Diario conversó con el artista, que tiene además varios amigos en el Puerto Principal.

“Sé que el público más grande lo tengo en Guayaquil. Están buscando un espacio mucho más grande que el que estuvimos la última vez que fuimos, y eso (habla) mucho del crecimiento que hemos tenido allá (...). Nosotros vamos a estar en el Ecuador, porque Ecuador me tomó como un hijo del país gracias a un trabajo que hice en su momento con Efraín Ruales, que sin duda trascendió y dejó un legado a muchos ecuatorianos, y a mí me dejó un legado. Fue Efraín quien me dio a conocer, y él fue el primer artista que me dio la oportunidad cuando yo no había pegado. Por eso, yo estoy tan conectado con Ecuador. No tiene nada que ver con que mis videos atraparon Ecuador; tiene que ver con que, cuando yo tenía 30.000 seguidores, el primer artista internacional que se ríe con mis videos es Efraín, y me escribe, y de ahí en adelante todos los meses hacíamos un video juntos. Entonces, básicamente, la semilla de lo que yo soy en Ecuador se llama Efraín Ruales: él sembró esa semilla en Ecuador y siempre lo voy a llevar en el corazón”, menciona agradecido el artista, haciendo referencia a la amistad que lo unía con el ecuatoriano y que permitió visibilizar su propuesta en territorio nacional.

‘El responsable de que me conocieran en Ecuador fue Efraín (Ruales)’, asegura el comediante e ‘influencer’ venezolano Marko Pérez, antes de su show en Quito

“Este trabajo ha sido un recorrido donde hemos sido pioneros varios: Carlos Montesquieu, Mindo... Insertamos la comedia a los sketches de redes sociales; no existían. Cuando nosotros lo empezamos a hacer, fuimos los primeros, y ver esta bendición de que nosotros hemos abierto este mercado a estos niveles, que tenemos un renglón como influencer del año (en la reciente edición de los premios Heat), que nos invitan, que los medios convencionales nos están tomando en cuenta es una bendición, porque yo puedo comparar la creación de contenido en redes sociales con como pudo haber sido en su momento el inicio del reguetón, el inicio del dembow en Dominicana”, afirma.

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Según menciona Marko, en los inicios de esta carrera de creador de contenido digital, los medios convencionales no tomaban en serio su trabajo. “Nadie nos tomaba en cuenta; ante los medios éramos invisibles. No es un tema de resentimiento mi comentario; es un tema que era difícil de entender: qué hacían unos tipos con unas pelucas en una red social totalmente nueva. Costó mucho que se normalizara. Éramos diferentes y éramos un mercado que no tenía credibilidad. Lo trabajamos muchísimos años y, ahora, ver que es un mercado normalizado, para quienes lo hicimos desde un principio y nos lo tiramos al hombro... A los que nos dijeron: ‘¿Qué es esta ridiculez?’, y, años después, esta ridiculez es un mercado mundial...”, asevera.

Ayuda social

“Este es el fin real de por qué estoy aquí. Esto es muy personal. No es algo que yo quiero hacer (para) que me lo repliquen, o que los demás creadores de contenido también se vayan por el mismo camino, ni juzgo a los que no lo hacen. Yo siento que es una bendición que Dios me haya dado la oportunidad de estar aquí, y yo pensé que me había puesto aquí solo para hacer reír a millones de personas, pero después entendí que Él me había puesto en esto para poder ayudar a millones de personas”, recalca Marko.

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Y es que, aunque son sus posteos cómicos los que mayores reproducciones registran y se viralizan, esa realidad que a veces se muestra indiferente ante las necesidades de personas menos favorecidas no lo detiene. “¿Cómo hacerlo? Motivando a miles o millones de personas a hacer lo mismo. Entonces, yo entendí el fin real, y no lo puedo dejar de hacer. No es que sea parte de mi contenido; es parte de mi vida, parte de mi respuesta a toda la bendición que Dios puso. Es una misión. Yo hasta que respire lo voy a hacer; ya tengo seis años haciéndolo. Ya la gente sabe que no es contenido; ya la gente sabe que no es tendencia, porque el contenido de ayuda es lo menos tendencial hoy en día. Si yo quisiera hacer tendencia, haría polémica, que es el contenido más seguro”, agrega.

“A cada premio que he ido, y he sido uno de los pioneros en los premios, uno de los influencers pioneros en abrir puertas en los premios se llama Sebastián Villalobos. Es de los primeros que tomaron en cuenta para los premios (Heat) y, automáticamente, cuando he tenido la oportunidad de conocer a los directivos, como en este caso Diana Montes, nos sentábamos y yo le decía: ‘Si logramos que esté más lleno de creadores de contenido, vamos a poder tener más posibilidades de que la gente vea mucho más los premios, de tener más alcance’. Y así hemos estado en cada premio”, refiere Marko sobre la inclusión de personalidades digitales en premiaciones.

“Hace siete u ocho años, éramos los ridículos de las redes sociales. Ahora somos personalidades, y eso costó muchísimo. Y estoy feliz de estar entre los primeros, porque sé que, no ahorita, pero en 20 o 30 años, la historia contará que yo fui parte de ese inicio”, expresa.

Para su espectáculo en Guayaquil, las entradas están a la venta en Ticketfacil.ec (en línea) o en la boletería del Centro de Convenciones. Los costos son $ 35 (La Tierrua), $ 55 (La Bendecida) y $ 75 (Sugar Daddy). (E)

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