Primero el sol asechaba con sus intensos rayos a Guayaquil y Samborondón, luego una breve pero torrencial lluvia mojó sus calles, y finalmente el sol volvió a resurgir, aún con más intensidad. Estos cambios climáticos no estaban en el libreto de ese día, pero Gabriela Andrade y Lucho Mueckay siempre han sabido cómo hacerle frente a los imprevistos de la vida y contra cualquier tempestad se dieron cita en el Teatro Sánchez Aguilar.