En mayo de 2018, la revista New York Magazine publicó el artículo Maybe She Had So Much Money She Just Lost Track of It (’Tal vez tenía tanto dinero que simplemente le perdió la pista’, aquí una versión publicada recientemente por el portal The Cut), escrito por Jessica Pressler, que narra la muy singular historia de Anna Delvey, cuyo apellido verdadero es Sorokin, una audaz jovencita rusa —de origen humilde— que se hizo pasar por una millonaria heredera alemana para estafar a buena parte de la élite de Nueva York.

Ese reportaje periodístico es la base de la docuserie que Netflix estrenó el viernes pasado, titulada Inventando a Anna, creada y producida por Shonda Rhimes, que tiene como protagonistas a Julia Garner y Anna Chlumsky.

Tal estreno sacado de la vida real, que aprovecha la popularidad del documental El estafador de Tinder, ya se encuentra en el puesto 9 de las producciones de Netflix más vistas en Ecuador.

Publicidad

La docuserie sigue a Vivian Kent, una reportera que investiga el intrigante caso de Anna Delvey. Su historia comienza cuando en 2007 su familia abandona Domodedovo, una ciudad satélite de clase trabajadora al sureste de Moscú, para mudarse a Alemania. Cuatro años después trabajó como pasante en una empresa de relaciones públicas de Londres y luego viajó a París para cumplir una pasantía para la revista de moda Purple (Francia).

De acuerdo con The New York Times, ese trabajo le permitió trasladarse a Estados Unidos para asistir a la Semana de la Moda de Nueva York 2013, ciudad que la enamoró tanto que decidió establecerse fingiendo ser una rica heredera que lideraba una fundación que llevaba su nombre. Quienes la conocieron la veían como la hija de un diplomático ruso, de un empresario de la industria petrolera o del CEO de una empresa de paneles solares, publica La República (Perú).

Así, Anna estableció contactos con lo más fino de la sociedad de la Gran Manzana, a quienes estafó para costearse una vida llena de lujos. Durante abril de 2017, depositó $ 160.000 en cheques fraudulentos en una cuenta de Citibank, de los cuales pudo recuperar $ 70.000 en fondos utilizables.

Publicidad

“Anna miró el alma de Nueva York y reconoció que, si distraes a la gente con objetos brillantes, con grandes fajos de billetes, con indicios de riqueza, si les muestras el dinero, serán prácticamente incapaces de ver nada más”, escribió la periodista Jessica Pressler.

Una de sus víctimas más famosas fue Rachel Deloache Williams, exeditora de fotografía de la revista Vanity Fair, a quien Delvey invitó a un viaje a Marruecos, pero hizo pagar todo con la promesa de devolvérselo, algo que nunca sucedió. Toda una versión femenina de Simon Leviev, el estafador de Tinder”, pero sin romance.

Publicidad

La verdadera Anna Sorokin es escoltada a una sala de audiencias después de un receso en su juicio en la Corte Suprema del Estado de Nueva York. Foto: Richard Drew/ AP. Foto: El Universo

Finalmente, Anna Sorokin fue arrestada el 3 de octubre de 2017 y un año después recibió una sentencia de cuatro a doce años en una prisión estatal, una multa de 24.000 dólares y una restitución de alrededor de $ 199.000.

Según publica El Comercio de Perú, el 11 de febrero de 2021 fue liberada por buen comportamiento y en marzo fue detenida por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) por quedarse más tiempo del permitido en su visa y quedó a la espera de ser deportada a Alemania. (I)